Un huracán, eso dicen que era. Un huracán de los buenos, con ráfagas de empatía, entrega y amor sin límites al resto de los humanos; con vientos de entusiasmo y “descargas eléctricas” de altruismo, en aquella especie de obsesión por ayudar, compartir lo que sabía.
Especializado en devolver habilidades, restituir facultades, tramar estrategias y conseguir avances, ese huracán que era el doctor en Ciencias y profesor titular Julio Nicolás Vicente Castellón, abandonó súbitamente la vida el domingo 22 de septiembre, momento hasta el cual se había desempeñado como profesor del Departamento de Tecnologías de la Salud en la Universidad de Ciencias Médicas.
Graduado de Defectología en 1984 en el Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona, en la especialidad de Logopedia, Julio Vicente o el profe Julio, como se le conocía en el ámbito educacional y más allá, transitó por disímiles cargos de dirección, como una forma natural de volcar su activismo y carisma, que le venían desde los años estudiantiles.
No se podría hablar de los avances de la Educación Especial en Sancti Spíritus en las últimas cuatro décadas sin echar mano a su legado, que todos califican de excepcional, al tratarse de un paradigma no solo en la educación de niños sordos e hipoacúsicos y con otros padecimientos o trastornos, sino también en la labor investigativa.
Su protagonismo en las buenas prácticas para educar inició en la escuela para sordos e hipoacúsicos Rafael Morales, que llegó a dirigir por varios años, y luego se extendió al Departamento de Educación Especial de la Dirección Provincial de Educación, cuyas riendas también llevó durante un tiempo considerable.
Tanto la Universidad de Sancti Spíritus José Martí Pérez como la de Ciencias Médicas se prestigian de haberlo tenido como profesor y cuadro de dirección (llegó a ser vicedecano de la Facultad de Ciencias Médicas), y por contar, a la par, con su don de líder natural, dueño de una altísima capacidad para convocar, unir, hacer y lograr que los demás hicieran. Eran particularmente especiales sus vínculos con los estudiantes, cuyo cariño ganó para siempre.
Pero por muchas responsabilidades que tuviera, entre las que se cuentan también, por períodos determinados, la dirección de la ANSOC en la provincia y la del Centro Nacional de Desarrollo y Superación de Sordos —fue la primera y única persona oyente que ha ocupado esa responsabilidad— , nunca abandonó la esencia de todos sus esfuerzos: la atención directa a los infantes con requerimientos educativos especiales, en aras de la cual no solo se superó él mismo, sino que impulsó a superarse a cuanto profesional tenía cerca en su radio de acción.
Con su defensa, en 2010, de su tesis de doctorado, la educación en Sancti Spíritus recibió un aporte relevante, consistente en una propuesta de estrategia pedagógica dirigida al proceso de interpretación de la lengua de señas cubana en el contexto de la Secundaria Básica.
Al profe Julio Vicente se le otorgó, en vida, la distinción Manos de Cristal, por su aporte profesional y su entrega incondicional a la Comunidad Sorda de Cuba.
Cuentan que realizó tutorías a una enorme cantidad de trabajos de diploma y tesis de maestría, que resulta invaluable su huella en la formación de estudiantes de las escuelas pedagógicas y de la universidad en carreras de la Educación Especial; que creó, en coordinación con especialistas de Ciencias Médicas, un proyecto dirigido a romper mitos en el abordaje del autismo, y que logró desarrollar varios cursos de mucha ayuda para profesionales tanto de la salud como de educación, con el objetivo de conseguir una atención más eficiente en esa especialidad.
Cuentan que pudo vérsele en el bulevar espirituano, donde consumó acciones que buscaban la inclusión educativa; allí niños con trastornos del espectro autista mostraron sus posibilidades reales y se creó conciencia acerca de la cooperación que la sociedad les podía brindar.
Cuentan, también, que desde hacía mucho tiempo nadie se tomaba tan a pecho la formación vocacional y la orientación profesional pedagógica de los estudiantes, como lo hizo él con las carreras de Educación Especial y de Logopedia en el nivel medio.
Desde el domingo 22 de septiembre la tristeza se ha instalado en muchos hogares de la cabecera provincial, donde madres y niños solían esperar a Julio Vicente con la certeza de que ese día vencerían nuevas barreras, en medio del ambiente feliz que él solía crear con su sola presencia. «Muchos casos se los dejaba a los logopedas encargados de darles tratamiento, pero se hacía cargo de otros; los niños con más dificultades eran los que prefería atender, le gustaban los retos», comentaría uno de los especialistas que durante años compartió esfuerzos junto a él.
Las madres de Kenier y John Luis, de seis y siete años, respectivamente, sienten que han perdido al asidero gracias al cual vieron importantes avances en sus niños, quienes tenían en él a un abuelo. Solía, dicen, entretenerlos con su moto mientras los enseñaba.
El pasado lunes, día del sepelio, se sumaba, a través de las redes sociales, una nueva muestra del pesar que embargó a muchos tras el deceso del profesor. En el perfil de Facebook de la Universidad de Ciencias Médicas pudo leerse:
“Hoy fue un día triste, le dimos el adiós al profe, a esa avalancha humana que llegaba e inundaba los lugares con su cúmulo de ideas y sueños quijotescos. Murió el profe Julio Vicente, quedaron proyectos, sueños, investigaciones pendientes”. Y luego, dirigido a él, un mensaje:
“Tu sapiencia, esa es inigualable. Desde cada aula, pasillo, salón, te decimos: ¡GRACIAS!”.
Mi profe. Oponente de mi tesis de doctorado. Mi profe del claustro. Hoy no estabas físicamente en el Tribunal de la culminación de estudio de tus estudiantes de Logopedia. Pero si estabas en la mente de todo. Nunca te vamos a olvidar y tus enseñanzas estarán presente. Gracias. Mil gracias.
Excelente persona y profesional. Decesos seres especiales que nacen de vez en cuando para iluminar la tierra y dejar huellas imborrables, mucho me ayudo con mi hija Amanda, muchas peleas (en buena lid) que tuvimos porque a veces me sentía derrotada queriendo lograr cosas rápidos en mi desesperación como madre. TE VAMOS A EXTRAÑAR, ETERNO DEFENSOR DE LOS DIFERENTES.
Mi tutor. Mi amigo.. un inmenso profesional .. un adiós que duele.. hasta siempre amigo..
Gracias, Delia, por este homenaje, tan merecido a Julio. Muchos proyectos tenía en marcha, muchos niños y estudiantes lo necesitaban y sus colegas sentimos profundamente al amigo entrañable, optimista, siempre alegre, comprometido de corazón con la enseñanza. Vivirá eternamente en la obra de la educación y en el recuerdo imborrable de quienes tuvimos el privilegio de conocerlo
Gracias por acercarse a la vida y obra de uno de los pedagogos espirituanos con mayor huella en quienes tuvieron la oportunidad de trabajar y aprender de su sapiencia. Una anécdota abala su Quijotesca dirección, cuando queríamos acampar como pioneros exploradores
en 1999, se llevó a toda su institución al campamento de Jatibonico y sus respuestas a los padres que nunca pensaron que sus hijos especiales podrían hacerlo.»Es prepararlos para cuando ustedes no estén». Hoy todos se lo agradecemos
Excelente artículo creo que no existen palabras suficientes y abarcadoras para definir a Julio. En paz descansa, erres y serás insuperable. Infinitas y eternas GRACIAS. Romer, uno de tus niños y yo su mamá Betty, te llevamos en nuestros corazones. Que cosas tiene la vida no ?? 😢
Gracias Julio, muchas GRACIAS
Al profe Julio lo conocí cuando era yo aún estudiante de Medicina en la UCM de Sancti Spiritus, por aquel entonces me encontraba enrolado en todo el ajetreo que significa ser Presidente de la FEU en una universidad y él acababa de asumir la responsabilidad de Vicedecano General de la Facultad de Ciencias Médicas. Desde un inicio siempre encontré en Julio una modestia extraordinaria, un espíritu de superación inigualable y una persona que fue convirtiéndose en el impulsor de cada proyecto del estudiantado. Junto a él diseñamos proyectos para vincular al movimiento de artistas aficionados en el trabajo con los niños y adolescentes de la escuela de conducta, perfeccionamos el Proceso de Integralidad estudiantil más allá de la suma de puntos y créditos, logramos una mayor interacción entre la Brigada FEU y los profesores guías aspecto este al que le prestó vital atención, junto al profe logramos involucrar a la organización estudiantil en la evaluación profesoral así como en la atención a los planteamientos de nuestros jóvenes. Sin dudas gracias a todo este trabajo y el gran apoyo que recibimos de él la Universidad se ganó la sede del 2do Encuentro Nacional de Estudiantes las Ciencias Médicas y cuando parecía que no se podía lograr el éxito por limitaciones de recursos el profe Julio Vicente con su habilidad natural para motivar y su inteligencia, se reunió con el Consejo de la FEU y de allí brotaron miles de iniciativas que permitieron hacer de ese evento unos de los mejores de todos los tiempos.
En lo personal aprendí mucho de él y cuando me sentía agotado entre tantas tareas y los estudios acudía a su oficina y solo de escucharlo hablar de proyectos, de sueños y de futuro salía realmente lleno de energía. Recuerdo estando yo en la VII Cumbre de las Américas en Panamá que recibo unas fotos de mi mamá donde ella estaba frente a más de 100 estudiantes de ciencias médicas hablando de cada detalle de las cosas que iban sucediendo en tan importante evento, luego ella me cuenta que fue un profesor llamado Julio quien le pidió que acudiera a la Universidad para dar detalles de mi estancia como parte de la delegación cubana. Unos días después de mi regreso el profe se me aparece en la oficina de la FEU con el Periódico Escambray en la mano luego de leer la entrevista que usted Delia me había realizado, para expresarme lo orgulloso que se sentía de mí sin darse cuenta que mi mayor orgullo era contar más que con un guía, con un amigo.
Realmente duele su partida física aún más cuando 6 días antes había ido a la Filiar de las Ciencias Médicas a saludarlo aprovechando mis días de vacaciones y al verme enseguida fue a mi encuentro a ofrecerme un abrazo luego de un tiempo sin verme (pues me encuentro de misión internacionalista en Guinea Ecuatorial). Ya la noticia me sorprendió fuera de Cuba y no lo podía creer, sin dudas una gran pérdida para la educación, y para mi, la pérdida de un gran amigo.
Hasta siempre Profe
Muchísimas gracias, Alejandro, por ese recuento tan hermoso, ahí hay reflejados muchas otras aristas de su quehacer y personalidad que no aparecen en el trabajo, porque lo fuimos descubriendo mejor Adriana y yo a medida que indagábamos, y todos los que brindaron sus criterios están sumamente afectados.
Lo vi exactamente quince días antes de su deceso tras años sin verlo. Lucía muy afectado y apenas habló; luego supe que semanas antes había perdido a su mamá…
Agradezco al destino ese encuentro, que sirvió para que me decidiera a asumir el trabajo. Ustedes están completando el homenaje con sus comentarios. Era, sin dudas, un ser de luz, de los excepcionales que marcan todo cuanto tocan
Abrazo. Y gracias nuevamente. Ya casi no recordaba aquella entrevista, y mira, te acercó a él…
Gracias Delia por esa crónica tan exacta, linda, real, fuimos compañeros de estudio del Varona, después compañeros de trabajo hasta su partida a la inmortalidad, modesto, sencillo, empático, carismático, sabio etc etc .Honrar Honra.. Gracias.
Excelente trabajo, caracterizan al profe Julio quien dejó una huella que es difícil de escribir en tan poco espacio Yo tuve el privilegio de recibirlo en el IPE provincial en el departamento de Educación Especial cuando comenzó su vida laboral y siempre fue muy querido por sus colegas y estudiantes Gracias a ustedes por realizar este trabajo a un educador que no será olvidado por los que tuvimos el privilegio de compartir con el Descansa en paz amigo
Merecido homenaje con este trabajo, como dice de respuesta la Periodista a un comentario: Lo dicho no hubiéramos querido escribirlo «…..
Excelente es un calificativo disminuto ante lo q acabó de leer sin dudas una muestra de un periodismo serio y profundamente humano. A las autoras de este insuperable artículo mis felicitaciones. Hablar de un profesor como Julio es muy difícil es un reto para el arte de las letras porque no hay expresión que alcance la magnitud de este huracán humano que lo dio todo por su profesión y regó una semilla en cada colega en cada estudiante en cada niño y familia con los que interactuo. Suque hacer quedará por siempre en la labor de los profesionales de la Educación Especial en Sancti Spiritus.Porque el hizo suya esta obra de infinito amor.
Gracias, Noel. Lo dicho: hubiéramos querido no tener que escribir un texto como este, pero Julio Vicente, a quien personalmente conocí por los años 90, cuando quien dirigía la Educación Especial era Onelda Jerónimo (lamentamos su muerte también hace poco, a comienzos de agosto) no merecía irse en silencio cuando dijo e hizo tanto y tan útil en vida.
Gracias a todos por el profundo homenaje y por la caracterización más exacta de tan gran persona. Alivia el dolor cuando compartimos el homenaje al gran amigo que parte, y prefiero llamarlo amigo que profe y dirigente con el cual tuve el honor de compartir, pues su principal valor fue su gran corazón.
Recuerdo a Julio muchas veces adolorido, meditabundo, al preguntarle y ahora que quieres hacer, la respuesta siempre la misma: es que dicen que estoy loco….. Yo, como siempre, le di aliento a cualquier cosa que fuera porque sabía que en el fondo estaba dolido por ayudar a alguien que lo necesitaba.
Un día, reciente, me dice: tú debes tener más problemas que yo o ser más loca que yo, porque tú a todo le encuentras una buena oportunidad. Le respondí: Sí, de todo eso un poco, uno de estos días te voy a decir cuál el mi problema y por eso te entiendo.
Siete días antes de la despedida de Julio, me encuentro con él, notó que tenía problemas y le conté algo. No pronunció palabra alguna, no hizo alguna comunicación extraverbal, me fuí muy preocupada, pero cuando ya iba bien lejos me llamó y me gritó, sin importar donde estaba: sabes que te quiero, cuenta conmigo pa lo que sea. Yo solo levante la mano, en respuesta a su mensaje. ? Cómo iba a imaginar que esas fueran sus últimas palabras hacia mi?
Resulta muy difícil continuar caminos y pasar por donde siempre lo vimos detenido, gestionando algo por quien quiera que fuera que tuviera un problema y que encima de todo tuviera la delicadeza de enaltecer el trabajo de los demás por encima de lo que él estuviera haciendo. Solo en ese sentido, sin dudas, recuerdo a Julio cómo el profe.
Excelente profesor, guía, amigo entregado en cuerpo y alma a su profesión. Fue un placer poder aprender de él y compartir sueños de proyectos truncados por su partida física. Julio siempre estará con los que lo conocimos y admiramos.