Desde su surgimiento mismo y a través de los siglos de los siglos, para los seres humanos la salud y la vida se han mantenido como los principales tesoros a preservar, por encima de cualquier riqueza material.
Desde el triunfo de la Revolución misma, ese sector se convirtió —junto a la Educación—, en una prioridad, que no tardó en transformar a ambas ramas del bienestar público en una innegable conquista del proyecto social de la isla, con indicadores muy por encima de otras naciones del tercer mundo e incluso a veces de países desarrollados.
Con la llegada de la actual crisis económica, lamentablemente, la salud pública cubana ha sufrido en carne propia los embates de la falta de financiamiento para adquirir medicamentos, instrumentales, insumos, tecnología y cuanto recurso se necesita para prestar un servicio de calidad.
Aun así, al cierre del 2024 la Salud Pública en Sancti Spíritus muestra resultados integrales elogiosos, que llevaron a la provincia a ser merecedora, recientemente, de la celebración del acto nacional por el Día de la Medicina Latinoamericana.
En medio de limitaciones de todo tipo, el personal sanitario del territorio logró incrementar la esperanza de vida al nacer de los coterráneos hasta la envidiable edad de 79.10 años, más de dos por encima de la media nacional.
Durante este período, trabajaron integralmente en la prevención y el enfrentamiento a la covid y, en particular, se batieron con todas las armas disponibles contra las enfermedades trasmitidas por el mosquito Aedes aegypti, para lograr tasas de incidencia por debajo del promedio en la isla, a pesar, por ejemplo, de la prácticamente nula existencia de productos para fumigar contra ese temible insecto.
Con la ética y el humanismo como principal arma, los alrededor de 18 640 trabajadores de esta rama en toda la provincia han batallado sin tregua para mantener cada una de las consultas y servicios en consultorios, policlínicos, hospitales y hasta en la más intrincada de las comunidades del territorio.
Como consecuencia, Sancti Spíritus exhibe hoy la más baja tasa de mortalidad infantil de Cuba. Además, en la última década ha logrado una cobertura de inmunización de 99.5 por ciento para casi todas las vacunas; y aquí no se reporta trasmisión materno fetal de enfermedades como la sífilis, el sida o la hepatitis.
Por otra parte, se han realizado casi 4 33 000 consultas en la atención primaria, con un significativo incremento con respecto al año anterior, tendencia que también se aprecia en las áreas de Estomatología y en la Atención Secundaria.
Entre tanto, la Universidad de Ciencias Médicas, garantía ineludible del futurode los recursos humanos en este sector, ya ha graduado desde su fundación a casi 17 000 estudiantes, incluidos más de 1 120 de otras nacionalidades.
En ese alto centro docente se realizó un ejercicio nacional de evaluación externa a alrededor de 20 programas e igual número de especialidades, así como a dos carreras con resultados favorables. Otra arista no menos importante, la colaboración internacional, ya se brinda en 34 países con más de 800 colaboradores.
El sector ha priorizado, además, el programa de mantenimiento constructivo e inversiones en más de 110 instituciones y casi 300 objetos de obras, la mayoría de los cuales logró concluirse.
A pesar de estos resultados, los trabajadores de esta rama no se encuentran para nada satisfechos. La mayoría sufre como propias la carencia de recursos que de alguna manera hoy limitan el resultado integral de todos los servicios.
Aun así, en medio de condiciones bien distantes de lo ideal y con un salario desestimulante, los profesionales y técnicos del sector continúan al pie del cañón en defensa de la salud y la vida de los otros, como un símbolo admirable de humanidad y resistencia.
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