Cabaiguán, más allá de los sobrenombres que lo acompañan hasta hoy —para unos es la tierra de las iguanas, mientras que para otros es la tierra de los verracos—, guarda singulares memorias y tradiciones que lo convierten en uno de los pueblos más conocidos de la región central de Cuba.
Quizás sea por esa ubicación de lujo al borde mismo de la Carretera Central que los lugareños del siglo pasado supieron agenciarse; quizás sea por esos laboriosos genes isleños que también le han hecho ganar el epíteto de capital canaria de Cuba; quizás sea por la fertilidad de sus tierras y la fama bien ganada de sus vegas, donde nace uno de los mejores tabacos del mundo.
El municipio de Cabaiguán, oficialmente fundado en 1926, abarca casi 600 kilómetros cuadrados y suma más de 64 000 habitantes. Su ya larga hoja de ruta no merece pasar por alto en este recuento a vuelo de pájaro a otra reliquia de esa comarca: las parrandas de Guayos, reconocidas por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
También resultaría olvido imperdonable el patriotismo que distingue al territorio: desde los mártires de La Llorona y Reemberto Abad Alemán, hasta el liderazgo de Faustino Pérez y la entrega de Elcire Pérez, Silverio Blanco o Nieves Morejón, por solo mencionar algunos de los héroes que ha parido Cabaiguán.
En materia de tradiciones e identidad, a este municipio también le sobran méritos: la emblemática Danza Isleña de Pozas, cientos de libros publicados, así como escritores y artistas de la talla de Senel Paz, Alberto Sicilia, Edel Morales, Sonia Díaz y Ania Toledo, entre muchos otros.
Considerado uno de los municipios con mayor desarrollo económico de la provincia, a Cabaiguán lo distingue en particular el empeño de sus campesinos, pegados a la tierra para cultivar la vega, viandas o multiplicar el ganado en sus potreros.
Además, aquí alcanza notoriedad el eficiente desempeño y la profesionalidad de sus dos fábricas de tabaco y de la refinería Sergio Soto, con su aledaña Planta de Aceites Básicos, única de su tipo en el país.
Hoy, este territorio también enfrenta los desafíos de toda Cuba, en medio de una profunda crisis económica, donde la gestión gubernamental se concentra en realizar cuantas acciones sean posibles para corregir distorsiones e impulsar el desarrollo territorial.
En ese sentido, aquí se han resuelto la mayoría de los planteamientos de la población y, dentro de los cerca de 300 que quedan pendientes, la mayoría corresponde a Comunales, la empresa Eléctrica y Acueducto.
Entre las formulaciones más recurrentes aparecen la necesidad de reparación y mantenimiento de calles, caminos, bodegas, consultorios y centros educacionales; dificultades con el abasto de agua y la presencia de salideros en las redes; así como dificultades con el alumbrado público.
En el presente año, el Gobierno también ha laborado en la reanimación de cinco comunidades, con la inversión de seis millones de pesos y, aunque aún los trabajos no se han concluido, ya se aprecian mejoras en varios de los reclamos populares.
En cuanto al desempeño económico en lo que va de año, ninguna de sus empresas reporta pérdidas, pero la circulación mercantil minorista no rebasa ni el 85 por ciento de lo previsto y otros indicadores no llegan a lo planificado.
En cuanto a los fondos exportables, hasta ahora, el tabaco torcido sobrepasa sus metas, pero la Refinería queda por debajo en varios surtidos. En materia agropecuaria, solo los cultivos varios alcanzan sus empeños, mientras que la producción ganadera permanece rezagada.
Por otra parte, la construcción de viviendas tampoco alcanza las edificaciones esperadas; mientras que la insuficiente cobertura docente se mantiene como la principal dificultad del sector educacional en el territorio.
Cada día el Gobierno de Cabaiguán enfrenta estos y otros muchos desafíos, con la mira puesta en superar los malos tiempos. Para ello cuenta con dos armas infalibles: la laboriosidad y el orgullo por la identidad que su gente ha mantenido siempre a prueba del tiempo.
Gracias, apreciada Mary Luz, por el homenaje al.espíritu cabaiguanense, siempre justiciero y productivo. Y, claro, por nombrarme como uno más entre los verracos, así como a la querida iguana Sonia DC, junto a tanta gente buena y en medio de las farragosas tareas de las rendiciones de cuenta. Me parece que hay otro problema serio a atender por el gobierno y la ciudadanía, me refiero la recogida de basura y a la necesaria eliminación de vertederos en ciertos espacios de la ciudad que afean y generan insalubridad. Ya se que en La Habana es peor, pero eso no nos puede servir de consuelo. Al menos así lo percibí en mi última visita de hace unos meses. Saludos.