En medio del vacío beisbolero mundial, el inicio del torneo Premier 12 de béisbol en tres sedes y la participación de Cuba viene a ser un bálsamo para los aficionados, ávidos también de encontrar asideros recreativos en medio de la difícil situación que vive el país, azotado por un ciclón natural y otro eléctrico.
Devenido tabla de salvación para la Federación que rige los destinos beisboleros del planeta, este evento ha quedado como única opción global después que el Clásico Mundial, con la incursión de superestrellas de la MLB, se haya robado el show y haya venido también a darle un punto de giro al deporte que aparece intermitente en los cronogramas olímpicos en dependencia de las sedes y eliminó opciones tradicionales como los Campeonatos Mundiales y Copas del Mundo.
Entonces en esta nueva variante, que ya cumple su tercera versión, es plausible que Cuba intervenga y se pueda medir al menos con una porción del béisbol que se practica en otras naciones, aunque ya se sabe no participan, como en el Clásico, los mejores peloteros de esos países, que son a fin de cuentas las 12 mejores selecciones en el ranking mundial, según la Confederación Mundial de Béisbol y Softbol (WBSC).
Como ha ocurrido en los últimos eventos y desde la visión cosmopolita de la Federación Cubana de Béisbol, la selección nacional se armó de una mezcla de peloteros, con preponderancia de quienes juegan en ligas foráneas, al margen de que lo hagan por la “bandera” de esta institución y aparte, incluso, de si su rendimiento al momento de la conformación del elenco era el mejor.
Pero ya sabemos que ese no es el punto, aunque por este tipo de selección el equipo no se logre armar como lo que es hasta casi la hora de competencia ya que algunos como los que se desempeñan en la liga japonesa llegaron bola y corredor; pero a favor de estos habría que decir que deben haber llegado en su forma óptima porque están aún con el calor de los juegos que acaban de protagonizar.
Para enfrentar el Premier 12, Cuba diseñó un esquema de preparación que le ha permitido topar con diferentes selecciones, además de atemperarse al escenario de competencia en los últimos días y poder probar a los hombres que tiene en cada una de las posiciones a fin de determinar posibles alineaciones ofensivas y defensivas y las rotaciones en el caso del pitcheo.
De más está decir que los resultados en juegos preparatorios no pueden ser un medidor porque es otra la dinámica, la presión, el escenario. De modo que solo falta ver cómo se traducen todos esos ingredientes en el terreno de juego cuando el equipo antillano comience a enfrentar a sus rivales de grupo a partir del día 13 en su afán de avanzar a la siguiente fase.
Fácil no parece vislumbrarse el camino, a juzgar por la tradición beisbolera de los rivales del grupo B, con sede en Taipéi de China. En línea recta Cuba se enfrentará a República Dominicana, Corea, que tiene en su haber el título y el subtítulo de las dos ediciones de este joven evento, Australia, Japón, actual titular y los anfitriones de china Taipéi.
Aunque no todos los integrantes se conocen, lo que sí se sabe es que muchos juegan en el béisbol rentado, incluidas las Ligas Menores de Estados Unidos y la liga asiática y eso ya de por sí habla de oficio y dominio.
Salir “viva” de esa confrontación implica para Cuba hacerse de uno de los dos primeros puestos del grupo para así cruzar la dura línea hacia Japón, donde se enfrentaría a los dos primeros del grupo A, conformado por México, Países, Países Bajos, Panamá, Puerto Rico, Estados Unidos y Venezuela.
Atraer miradas y atenciones después que la Serie Mundial de la Major League Baseball entre New York Yankees y Los Angeles Dodgers —ganada por los segundos— dejara la pista bien caliente en cuanto a calidad, espectáculo y atractivo, será un desafío mayor que el evento en sí mismo.
Superar el sexto puesto de la última versión del 2019 pudiera ser posible.
Que Cuba pueda luchar una medalla en un evento que, aun sin ser la gran cosa, parece seguirle quedando grande, parece un reto todavía más mayúsculo, mucho más por estar en un grupo donde casi todas las apuestas apuntan a japoneses y coreanos, incluso a dominicanos.
Mucho dependerá, desde mi punto de vista, de lo que pueda rendir el pitcheo para frenar a bateadores con talento y de cómo se empleen los lanzadores en cada rol. También de cómo se puedan fabricar las carreras justas a partir del aprovechamiento de cada cual desde sus posibilidades para poder combinar, por ejemplo, la fuerza y rapidez de Yoan Moncada, Alfredo Despaigne o Yadir Drake con la velocidad de Roel Santos y Yoelkis Guibert, pues habría que ver cómo responden hombres que en la pasada Serie Nacional no pudieron cumplir a plenitud su papel a causa de las lesiones.
Esperemos entonces que los días de Premier nos regalen, al menos, un disfrute más allá de lo que arrojen la pizarra y el terreno.
Pienso que se debiera publicar algún resumen de la trayectoria de los peloteros desconocidos por la afición, para tener un poco más de elementos de su selección, en detrimento de peloteros que juegan en Cuba y evitar comentarios negativos
La rapidez de Despaigne !??