La colosal obra plantada en lo que fue un marabuzal, muy cerca de la Autopista Nacional y perteneciente a la comunidad de Zaza del Medio, tiene vida propia también en un audiovisual. Alrededor de 30 minutos nos devuelve los primeros años —algunos azarosos— de un proyecto que atrae varias miradas artísticas del orbe a ese punto de nuestra geografía. Allí se ejecuta lo que promete ser la escultura permanente más grande de América; sin duda, la pieza de mayor envergadura productiva del arte cubano.
“Es el recorrido de los últimos ocho años de trabajo —resume Wilfredo Prieto, quien de la idea inicial de Viaje infinito logró convertir su propuesta en un Proyecto de Desarrollo Local—. Resulta un encuentro con la gente del pueblo, los trabajadores, amigos, personalidades internacionales. Todos dan opiniones sobre el proyecto, incluso algunos que no lo han visto, y creo que de esa forma se logra una perspectiva más integral por las miradas diferentes”.
La obra de arte monumental, más que un vial de 2.5 kilómetros de longitud en forma de ocho y erigida con elementos novedosos en relación con la tecnología ambiental como el cemento ecológico LC3 le regalará a esa área —otrora tierra fértil para la siembra de caña— un proyecto agroforestal con una importante influencia ambiental. Se ha diseñado una estrategia para devolverle su flora y fauna endémica, alguna en peligro de extinción.
Igualmente, generará empleo a sus vecinos, quienes mantendrán el cine, el anfiteatro, la galería, áreas de gestión y oficinas que también son parte de esa área, donde se implementará un programa con fines educativos y culturales, a fin de fomentar el respeto por la naturaleza y los valores éticos en coherencia con el medio ambiente.
“Es esta la primera parte del producto audiovisual de la realizadora Lisandra Durán, que continuará cuando culmine la ejecución de la obra. Con este se conoce sobre todo las dificultades afrontadas. También la inmadurez nuestra y el desconocimiento para asumir un proyecto así. Incluso, me permite regresar como espectador a este viaje y valorar cuánto realmente se ha avanzado y cuánto aún falta. Nos dará energías, tan necesarias en circunstancias complejas. También visibiliza a las personas que estuvieron en un inicio, a las que están, y permite que autoridades y otras personas se enamoren mucho más del proyecto”.
Viaje infinito, el documental realizado por un equipo de jóvenes artistas, persigue demostrar que es posible la convivencia entre mundos aparentemente opuestos: el arte contemporáneo, la ciencia y el estilo de vida rural. Su discurso sencillo, a semejanza de la obra de Wilfredo Prieto, ha llegado a diferentes puntos de la geografía espirituana.
“Tenía que llegar a Caja de Agua porque es la comunidad más cercana al proyecto, a Zaza del Medio porque ahí surgió todo, a Taguasco ya que han sido sus autoridades las que han apostado por él desde el inicio y, por supuesto, a la ciudad de Sancti Spíritus porque las autoridades de la provincia han dado un apoyo importante en todos los aspectos para que se logre”.
Sin duda, este producto comunicativo ya forma parte de Viaje infinito, la colosal obra que, desde hace ocho años, le otorga valores añadidos a Sancti Spíritus por asumir en una de sus áreas una propuesta en diálogo directo con el binomio arte-sociedad, en consonancia con el resto del mundo.
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