El ferrocarril se asocia tradicionalmente a la rudeza propia de las locomotoras que estremecen el suelo a su paso y a la masculinidad; sin embargo, para Yamile Fernández Subiaurre es una mezcla de sensaciones incomparables.
Su desempeño dentro del ferrocarril del sector azucarero por más de tres décadas la hizo merecedora de una invitación a la II Feria Internacional de Transporte y Logística La Habana 2024, que constituyó escenario para transmitir su vasta experiencia como una mujer que transita por caminos de hierro.
“No esperaba esa invitación, fue una sorpresa; tuve que alistarme rápido porque faltaban pocos días y las mujeres necesitamos tiempo para prepararnos”, confesó con un tono jocoso.
“Así comenzó una aventura maravillosa que duro tres días, le aseguro ha sido una de las oportunidades más abarcadoras de mi vida, allí pude intercambiar con mujeres y hombres de distintas ramas del transporte, a la vez que compartí todos los conocimientos adquiridos a lo largo de mi vida”.
¿Qué huella dejó en usted esta experiencia?
“La Feria fue un conjunto de emociones, al llegar quedé encantada con la sección dedicada al ferrocarril y la aeronáutica, puedo asegurar que fueron mis favoritas. También de ese evento me llevé la atención del Ministerio de Transporte y la fortaleza de haber conocido a muchas mujeres que integran la fuerza laboral del transporte en Cuba”.
Yamile regresó a Sancti Spíritus con un aire audaz que la motiva a diario para la extensa rutina de trabajo dentro de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Ferroazuc.
“El asombro de muchas personas al verme y las constantes preguntas de cómo logro ser maquinista me hizo darme cuenta de cuán especial es mi trabajo, me demostró que el sueño de mi niñez se convirtió en realidad y eso me hace muy feliz”.
¿Imagina que su vida laboral concluirá sobre una locomotora?
“¡Por supuesto! La verdad no pienso en la jubilación, todavía soy joven, de lo que sí estoy muy segura es de que voy a seguir sobre las locomotoras hasta que la salud o la vida me lo impida. A veces bromeo con los colegas y les digo que cuando use bastón me tienen que ayudar para subir; todos asienten, realmente soy afortunada, tengo un gran colectivo”.
¿Ha tropezado con limitaciones en su trabajo por ser mujer?
“Nunca me he sentido limitada por ser mujer, al contrario, tengo mi toque especial dentro de la cabina donde trabajo, trato de aportar luz en el colectivo y estoy guiada por una directora que es muestra del compromiso con el trabajo.
“Ciertas labores no las puedo hacer porque requieren de una fuerza determinada, pero siempre tengo mi overol listo y también me ensucio las manos de grasa, soy ayudante de mecánica y lo que haga falta en ese momento.
“Puedo decir a las mujeres que persigan sus sueños, en todos los sectores existe un espacio y los trabajos no tienen género, hay que hacer lo que nos reconforte y al final del día saber que no le fallamos a nuestros anhelos”.
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