Arroyo Blanco se rinde ante la música campesina

Los acordes más autóctonos del poblado rural de Arroyo Blanco se dejan escapar desde cualquiera esquina. Y es que hasta el venidero 23 de marzo la tradición anda de celebración: se viven la Fiesta Tradicional San José y el XXVI Encuentro Territorial de Parrandas Campesinas.

En esta ocasión, se dedica a la parranda Josefa Pina Marín, a Edelfina García Cañizares, una de sus cantaoras fallecida y al aniversario 40 del San José de Arroyo Blanco.

“Tiene un evento teórico que se llama Raíces, donde se reúne todo lo relacionado con las tradiciones campesinas —explica Carlos Manuel Borroto, especialista de Música en el Centro Provincial de Casas de Cultura—. El encuentro proviene de una tradición. Se ha estructurado de forma tal que, además, de la tradicional competencia de parrandas, también se evalúen poetas, bailes y comidas tradicionales”.

Por estos días sonorizan el pequeño poblado, cuna de la familia Sánchez Valdivia, alrededor de 10 parrandas. Entre ellas se destacan la Josefa Pina Marín — única de su tipo integrada solo por mujeres—, de la propia localidad; Pequeños Manacanabos, de Condado; Típica de Guayacanes, de Majagua; La alondra espirituana, de Guayos y Amanecer zaceño, de Zaza del Medio.

“Es un evento que tiene ya una historia y, sobre todo, resulta muy importante porque defiende y protege una tradición autóctona de la región central de Cuba”.

De acuerdo con investigaciones, el punto de Arroyo Blanco —una modalidad del cubano, declarado como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco— es el más antiguo de la nación. Varias generaciones de esa localidad jatiboniquense lo han defendido tras la primera presentación que se registra en junio de 1879, en la celebración de las nupcias de Serafín Sánchez Valdivia y Josefa María Pina Marín.