Por dos centímetros de menos, Yurislando Romero Hernández le dio un giro a su vida, al parecer para bien. Es lo que debe pensar ahora que se llevó la designación como mejor árbitro nacional de la provincia en el 2024.
Era el año 2003 y llegó a la EIDE Lino Salabarría para hacer las pruebas en béisbol que era lo que practicaba en ese momento: “me faltaron dos centímetros por la medición que se establece y no me captaron, enseguida supe que estaban haciendo captaciones para otros deportes, fui al tabloncillo y vi a unos niños tirando patadas, hicimos la prueba y me llegó la boleta para la matrícula”.
A ciencia cierta no sabía lo que era el taekwondo. Tenía diez años y comenzó a cursar el quinto grado en la EIDE. Sin embargo, hizo pactos con el deporte hasta hoy.
No fue, lo confiesa, un gran atleta: “no pude participar en muchas competencias, me lesionaba mucho porque no tenía una masa muscular adecuada para este deporte”. Una medalla de plata nacional en la categoría 15-16 años y una de bronce en el escolar, más integrar una preselección para el equipo nacional, fue lo que atesoró en su carrera como atleta.
Pero lo de este muchacho siempre ha sido el deporte, por eso se graduó como técnico medio en la Escuela de Profesores de Educación Física (EPEF) y eso le abrió las puertas al mundo del arbitraje.
“En el 2015 llegó un curso para formar árbitros de taekwondo que se desarrollaría en Ciego de Ávila, entonces el comisionado de taekwondo habló conmigo porque la provincia tenía déficit de esa especialidad”.
Aceptó sin más ni más y en meses tendría el certificado que le acreditaba como árbitro. También cumplía con otros requisitos, como tener más de 21 años y ser primer dan en el deporte, además de otras cualidades. “La honestidad, el conocimiento, ser justo, imparcial, tener buena salud y bien estado físico, concentración mental, tener seguridad, pero no sobreconfianza”, expresa.
Cerca del dojang o do yang como también se le conoce, el árbitro deja combatir. “Lo de nosotros es solo aplicar los actos prohibidos que cometen los atletas durante la pelea, es un deporte bastante dinámico, muy activo y hay que estar muy pendiente y como ya te die, hay que tener seguridad, pero no sobreconfianza porque las acciones son muy dinámicas, pero los que se encargan de marcar los puntos a cada uno de los atletas son los jueces, el árbitro solo lleva el orden de la pelea”.
No es tampoco una posición pasiva, ni mucho menos cómoda. Una decisión sobre lo legal o no en un deporte como este y otros en los que puede pesar la apreciación, puede cambiar el curso de una pelea. Eso lo ha tenido bien claro Yurislando
“Hay ocasiones que en el combate el árbitro tiene momentos muy difíciles para decidir alguna amonestación, algún acto prohibido que puede determinar la pelea y ganar el que tiene que ganar…eso me ha pasado en varias ocasiones, pero siempre actúo con mucha seguridad en las acciones; a veces te presionas un poquito porque estás en una final donde sabes que cualquier detalle o equivocación como árbitro central en un combate puede definir la pelea para cualquiera de los dos competidores, pero siempre he sabido sobrellevar esas situaciones”.
La experiencia le ha dicho siempre la importancia de la preparación y el estudio porque las reglas y normativas evolucionan, también la técnica. “El árbitro tiene que estar siempre en constante superación, estudiándote el reglamento porque, aunque lo sepas bien, en el combate se dan situaciones muy rápidas y hay que decidir en fracciones de segundos, es un deporte de mucho contacto físico, se dan golpes contundentes y siempre hay que tener en cuenta el cuidado del atleta, no permitir abusos sobre el otro competidor por tener un nivel más avanzado”.
La constancia en la auto preparación pesa también en su carrera, mucho más en tiempos de modernidad donde la tecnología se ha subido al dojang y puede mediar en decisiones sobre las que el hombre de blanco debe tomar partido.
“La tecnología a veces afecta, no es lo mismo competir por un sistema que no se aplica a nivel internacional, por tanto se le hace difícil a los atletas y más que nuestro deporte ha ido evolucionando constantemente, ahora se usa el sistema electrónico, tanto en los petos como en las cabeceras, y los competidores no saben a veces donde están los censores y se debe hacer bien el contacto con el peto para que puedan marcar ,los puntos, o sea que la tecnología sí pesa y hay que tener mayor control de la técnica porque hay que ser preciso a la hora del golpeo”.
El 2024 resultó pletórico, su empeño fue reconocido. En México participó en un Congreso Panamericano y de allí salió con la categoría de árbitro panamericano, también intervino en dos Open de carácter internacional con sede en La Habana en los que desempeñó varias funciones, estuvo en copas nacionales en Villa Clara y en los Juegos Escolares y Juveniles fungió como jefe de área.
Entonces no soñaba con el reconocimiento que hoy ostenta. “Uno no trabaja por esa meta, sino porque me encanta el arbitraje y poder cumplir con mi tarea, además hay muchos árbitros aquí en la provincia con mucha experiencia, que realizan bien su labor, y uno es joven en esta especialidad. No esperaba la selección, se sabe que a veces no se tiene en cuenta el trabajo del árbitro que es muy sacrificado. Cuando lo supe me sorprendí, pero a la vez me puse muy contento con este reconocimiento”.
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