Feligreses de la Iglesia Católica y practicantes de otras religiones rindieron tributo este jueves al papa Francisco, quien falleció a la edad de 88 años, en una misa a la cual asistió el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel.
Previo al comienzo de la misa de gracia por el Pontificado del Sumo Pontífice, realizada en la Catedral de La Habana, el monseñor Antoine Camilleri, Nuncio Apostólico de la nación caribeña, le dio la bienvenida al jefe de Estado y agradeció su participación.
Durante su alocución, Camilleri destacó que el papa Francisco siempre instó a “reconocer a nuestro prójimo, sea quien sea, sea cual sea su fe, su nacionalidad o sus ideas, como hermanos, como hermanas”.
Estamos aquí porque todos, cada uno con su propia manera y sus propios motivos, lo hemos querido, lo hemos respetado y admirado, y reconocemos el gran don para la humanidad que ha sido su pontificado, agregó.
Según dijo, partió de este mundo, tras una vida de entrega y de servicio al señor, a su iglesia y a la humanidad entera.
Todos, quien más, quien menos, nos sentimos un poco huérfanos porque no era solo el santo padre de los católicos -como se suele llamar al obispo de Roma-, era un padre y, por eso, una autoridad moral para todos, aseguró.
Además, resaltó que dedicó su gestión a mejorar la vida de todas las personas, sin distinción o discriminación alguna, con atención especial para los marginados, vulnerables, migrantes, niños, ancianos y excluidos, “aquellos que sienten que no encajan en ningún lugar”.

También, el Nuncio Apostólico de Cuba destacó que el papa Francisco demostró querer al país antillano y a su pueblo, cariño manifestado durante el viaje apostólico a la isla en 2015 y la breve escala en esta capital en 2016, cuando se reunió con el patriarca ortodoxo ruso Kiril.
En la ceremonia, sor Yaileny Ponce Torres, hija de la Caridad, hizo la primera lectura de la liturgia de la palabra, en tanto un grupo coral, dirigido por Ramón Leyva González, interpretó los salmos, y el laico Antonio Reicinio leyó el evangelio.
Después de la profesión de fe (oración de sus fieles desde el altar), el depósito de ofrendas y la ceremonia de la comunión, monseñor Ramón Suárez Polcari, vicario general y canciller de la Arquidiócesis de La Habana, expresó las palabras de despedida.
Entre los concurrentes a esa oración de memoria agradecida, también estuvieron diplomáticos acreditados en esta capital, representantes del Estado y el Gobierno cubanos, funcionarios del Partido Comunista de Cuba y ciudadanos ateos, entre otros.
El argentino Jorge Mario Bergoglio, Francisco, “regresó a la casa del Padre” el lunes último, poco después de su aparición en la Plaza de San Pedro del Vaticano, con motivo del Domingo de Pascua, y en la propia jornada las autoridades cubanas lamentaron su deceso.
Su funeral se celebrará el próximo sábado y será enterrado en la iglesia romana de Santa María la Mayor y después, en fecha no revelada, será el cónclave de los cardenales para elegir a su sucesor.
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