Semejante a lo que ocurre con un ser humano cuando llega aquejado de algún padecimiento sucede cuando expertos en labores de restauración y conservación se enfrentan a una edificación dañada. Primero, realizan un diagnóstico de patología. Determinadas las afectaciones, corresponde identificar las causas y cómo disipar sus huellas.
“En el caso de la cúpula de la Biblioteca Provincial Rubén Martínez Villena, de Sancti Spíritus, el principal enemigo es la humedad —dice Yasmani Alpízar, al frente de Visualis, proyecto perteneciente a la filial espirituana del Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC)—. Los factores externos a los que está expuesta inciden en el deterioro de los elementos de yeso que se resguardan en su interior”.
Para dicho colectivo, integrado por jóvenes, esta no es una novedad. En 2018 asumió otro importante grupo de acciones cuando la caída de un fragmento de yeso que rodeaba el vitral principal de la cúpula encendió las alarmas. A la vuelta de seis años, otra vez el cartel de “No pase. Peligro” limita el paso de quienes se acercan a la majestuosa escalera de mármol de la edificación más fastuosa de la ciudad del Yayabo.
“El yeso es muy poco resistente a la humedad. Por ello, cada cierto tiempo esos elementos se desprenden. En esta ocasión, una por una se fijaron con alambre acerado y, luego, se pegaron con yeso. Esperamos que sea más duradero”.
Afortunadamente, los óculos de la parte superior y los vitrales no presentaron daños esta vez. Solo se intervino en los elementos de yeso que adornan el área, la cual también se pintó completamente.
“Se repararon algunas y otras se crearon a semejanza de las existentes. Se pintaron con color dorado y sombreado. Los otros elementos se resanaron y pintaron, al igual que los muros”.
El deterioro a unos cuantos metros de altura exigió al colectivo crear una falsa obra. Con tubos y tablones lograron un sostén seguro para laborar en las paredes del amplio espacio.
“Contamos con un integrante que es alpinista y eso facilita que permanezca en la altura sin problemas. En el caso de las rasillas de la cúpula por el área externa, se les aplicó pintura impermeabilizante”.
No desconoce este colectivo que las acciones de restauración realizadas con anterioridad se han mellado por el escaso tiempo invertido, así como los materiales utilizados.
“Una completa restauración no se hace en un mes, ni en dos. Precisa de un año o más. Se hace milímetro por milímetro en cada uno de los elementos. No se permite personal ajeno a quienes están en el proceso porque se tiene que cerrar el lugar para que no se contamine. Resulta una labor bien meticulosa”.
Si bien ha sido imposible lograr eso en la Biblioteca Provincial Rubén Martínez Villena —edificación con 96 años— porque los montos presupuestarios no han podido asumir una intervención capital, el colectivo de Visualis espera que esta vez perduren más sus trabajos.
En el diagnóstico realizado al área, se encontraron firmas en las paredes que evidencian que se ha intervenido en 1999, 2014 y 2018 en la edificación, cuya primera piedra fue colocada en 1927, bajo la guía del arquitecto Alberto Luis Mendigutía.
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