Dos lentes por la mujer cubana

El sábado 8 de marzo el hotel Plaza de la ciudad de Santi Spíritus acogerá la exposición fotográfica Ambrosías

La exposición se mantendrá en el hotel Plaza durante todo el mes de marzo para el disfrute del público espirituano. (Foto: Cortesía de Vladimir Osés)

Retratar la esencia de una mujer puede convertirse en una labor titánica para muchos hombres, pues captar en una imagen el océano profundo que esconden las almas femeninas y los múltiples roles que ocupan en toda su inmensidad no debe ser tarea fácil. Mas, los artistas visuales espirituanos Vladimir Osés Torres y Alec Catalá asumieron el reto.

Ambos artistas escogieron para esta exposición mujeres con las cuales mantienen vínculos personales, que van desde todo lo que un hombre debe sentir por la persona con la que comparte su vida hasta los lazos más fraternales y la admiración profunda hacia el género que históricamente ha sido muestra de resiliencia, amparo y belleza en sus más disímiles formas.

Las féminas nunca deben limitarse a la belleza estética o a su papel como madres o esposas dentro de una sociedad que desde los tiempos más inmemoriales ha sido muy dura con ellas, y con quienes esa misma sociedad tiene una deuda, quizá un poco difícil de saldar. Son las mujeres las que de forma habitual son tachadas de frágiles y sexo débil cuando suelen sufrir en carne propia los dolores más fuertes que el cuerpo humano es capaz de soportar, los mismos de los que se reponen con una naturalidad sorprendente ante la que los “más fuertes” no pueden dar crédito.

Son ellas las que siempre sonríen ante la adversidad y, probablemente, tomen las decisiones más difíciles porque la historia ha demostrado que, a pesar de siglos y siglos de desarrollo y modernidad, para ellas el costo de esas decisiones suele ser mucho más alto.

Las mujeres tienen el privilegio indiscutible de convertirse en la parábola más bella que, finalmente, desembocará en una nueva vida. Son el barco en calma durante las más feroces tempestades y las encargadas de ocupar muchos roles sin cansancio, y a veces no recibir el reconocimiento que merecen.

Para las cubanas todos estos retos y sacrificios suelen triplicarse debido a la situación que vive el país. Por eso la exposición es un tributo a todas las mujeres que nacieron en esta isla y que hoy trabajan para abrirse paso ante tantas adversidades; las que saben lo que es cocinar durante un apagón con todo lo que ello implica; las que por el mismo motivo no descansan bien, pero que al día siguiente salen a enfrentar la vida; las que sufren en silencio por un hijo en la distancia, así como otras que cuidan a sus padres con un amor que sobrepasa cualquier entendimiento.

Todas las mujeres que forman parte de esta exposición son la representación de otras féminas tan valerosas como ellas, de gran carisma, simpatía, calidez, fuerza, paz y confianza en sí mismas, que se desdoblan por su trabajo y poseen el don mágico de la creación. Por eso es digno de admirar la belleza que la mujer cubana es capaz de sostener con ese cúmulo de atributos que las hacen parecer salidas de ese genial movimiento literario latinoamericano tan real y tan maravilloso a la vez.

“La exposición también será un tributo a mi madre, a quien tengo constantemente presente y a quien debo parte de lo que soy hoy. Mi mamá fue una mujer reconocida por muchas personas en la ciudad, primero por su trabajo durante tantos años en el banco y luego cuando vendía en el bulevar las cajitas para regalo los días festivos. Ella y su vida siempre han sido una inspiración para mi trabajo”, declara con aire melancólico Vladimir.

Por ello, y sin miedo a equivocarme, Ambrosías será una exposición única con la convergencia del trabajo de dos artistas con gran empatía temática y convergencia en el lenguaje fotográfico, pero con estilos diferentes, lo que supone una complementación muy positiva para las obras que forman parte de ella. Vladimir agradece y celebra a la mujer con instantáneas a color en paisajes naturales y edificios con gran influencia en la arquitectura de la ciudad, mientras Alec lo hace en blanco y negro con retratos psicológicos que buscan en lo más profundo de sus modelos, ambos con líneas diferentes, pero por el mismo horizonte y el lente puesto en ese océano infinito que es el alma de la mujer.

Gabriela Estrella Cañizares

Texto de Gabriela Estrella Cañizares

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