Gente que la calle conoció

La presentación en la Feria Internacional del Libro de La Habana, del libro Gente que la calle conoció fue, junto a otras tres obras de escritores espirituanos, editadas por Luminaria, la casa, ya familiar, de los hombres de las letras de Sancti Spíritus

El historiador destacó, que la obra “es una exquisita adaptación del testimonio oral, de la memoria vida y mágica de la ciudad.

Una de las buenas premisas que dejó la presentación del libro Gente que la calle conoció, de Juan Eduardo Bernal Echemendía, fue la de pedir licencia a su autor para, en la cuarta edición, incorporarlo a él como uno de esos personajes memorables, porque lo es. Y el texto, obviamente se titularía Juanelo.

La modestia del investigador, escritor y promotor cultural solo alcanzó entonces para un susurro: “Fue sinceramente muy emotivo, como notable la participación de público, mayoritariamente espirituano”. Un nutrido grupo de seguidores, amigos y exalumnos de él y del resto de los autores estuvo atento a cada detalle.

Javier Sanzo Rodríguez, quien fuera historiador de la ciudad de Sancti Spíritus, se atrevió a hilvanar los primeros párrafos del texto para Juanelo: “La imagen de su sombrero a la distancia, mezclada con su sonrisa amplia y permanente, delatan su presencia en el bulevar, el parque o una de esas plazuelas más pequeñas, como La Caridad, Santa Ana o el Paseo Norte.

 “Su voz rasgada, rememorando a Miguel Companioni o Teofilito, comentando la obra de Martí, debatiendo sobre la próxima edición de Voces de la República, una exposición, un coloquio; su voz rasgada defendiendo alguna nueva cruzada cultural ante las que planta firme, lanza en ristre, para luchar contra los molinos.

“Su sabio silencio, que regala al interlocutor mientras lo escucha impávido; ese silencio que siempre termina con una sentencia sabia, un chiste o una carcajada”.

La presentación en la 33 Feria Internacional del Libro de La Habana, del libro Gente que la calle conoció —en su tercera edición y formato digital— fue este martes, junto a otras tres obras de escritores espirituanos, editadas por Luminaria, la casa, ya familiar, de los hombres de las letras de la provincia de Sancti Spíritus.

“El texto continúa fiel a los preceptos invariables en la vida profesional de su autor, que investiga la importancia del sujeto en las tradiciones populares y el rescate de la memoria, como elementos indispensables en la preservación de la identidad”.

Esta tercera edición —la primera se publicó en el 2003— incorporó nuevos protagonistas a sus páginas, acrecentado su esencia de rescate popular y cultural, y tiene su génesis en otros anteriores de otros autores.

El historiador destacó, que la obra “es una exquisita adaptación del testimonio oral, de la memoria vida y mágica de la ciudad, propiciando al lector una suerte de encuentros casuales, breves y vívidos con seres humanos que, por diversos motivos, llamaron la atención de los transeúntes de las calles espirituanas desde fines del Siglo XIX y casi hasta nuestros días”.

Las ilustraciones que acompañan la obra desde su primera edición y esta nueva portada, a cargo del artista espirituano de la plástica Julio Neira, descendiente de uno de los personajes del libro (Emilito), sellan una suerte de representación fiel de la vida social popular de Sancti Spíritus en su devenir generacional.

Gente que la calle conoció es un ejemplar ejercicio de la mezcla sintética de palabras, símbolos y retratos cuasi pictóricos. Francisquito, personaje que de niños nos cruzamos casi a diario en esas calles de nuestro terruño, es un ejemplo magistral”.

Y Javier Sanzo citó un fragmento:

“De un negro confuso era el saco que cubría su torso, en la resistencia a la mugre acumulada un año sobre otro. El tiempo en ese afán de alargarse sobre la miseria, había acortado su estatura de andar silencioso, con ese aparecer y desaparecer por cualquier calle, siempre en medio del afecto…

“En ese andar, centenares de veces suspendió su soliloquio ante la pregunta:

—¿Francisquito, qué hora es?

Sin levantar la cabeza, la mirada menesterosa en el negro rostro, ni alzar prácticamente la voz, respondía con una exactitud insólita la hora precisa, sin auxilio mecánico de ninguna índole”.

Así de profundas, precisas, simbólicas y mágicas son las páginas de Gente que la calle conoció.

Con sus personajes, con la música de la ciudad y las leyendas que pululan en las calles se cuenta la controvertida historia de Sancti Spíritus; esa historia que cuenta Juanelo y que cuenta con Juanelo, siempre.

Ana Margarita González

Texto de Ana Margarita González

Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *