Hay que ser sensibles con las preocupaciones de la población

Así lo asegura Enrique Álvarez Romero, quien desde hace más de veinte años dirige la Oficina de Atención a la Población en el Partido Provincial de Sancti Spíritus

Enrique asegura que, para hacer su trabajo es fundamental ponerse en la piel de la persona que llega con un problema o necesidad. (Foto: Gabriela Estrella Cañizares/Escambray).

Enrique Álvarez Romero se describe a sí mismo como un hombre con un alto grado de empatía y sensibilidad, a lo que hay que sumar sus habilidades de comunicación, cualidades que le han permitido dirigir desde hace más de veinte años la Oficina de Atención a la Población en el Partido Provincial.

A este puesto llegó luego de muchos años de trabajo ininterrumpido en diversos puestos de dirección en el PCC, entre los que se encuentran el de instructor, secretario profesional de diferentes empresas agropecuarias, miembro del Buró Municipal del PCC, además de haberse desempeñado como primer secretario del Partido en La Sierpe y Taguasco. Luego fue promovido a la estructura auxiliar del Comité Provincial del Partido.

El pasado 16 de abril, Enrique recibió un reconocimiento por sus treinta y cinco años de trabajo ininterrumpido en el Partido. (Foto: Vicente Brito/Escambray).

Por ello, luego de más de 35 años de trabajo, Enrique aún no piensa en la jubilarse y desea seguir en su puesto de trabajo para ayudar a la población con sus preocupaciones y necesidades.

¿Antes de llegar a su trabajo en el Partido de forma profesional formó parte de alguna otra organización que haya marcado su carrera?

Sí, fui durante 12 años dirigente en la Juventud, de hecho, si sumo mis años de trabajo en el Partido a los de la Juventud son casi 50 años de labor. En la UJC estuve desde 1979 hasta 1991, año en el que partí hacia Angola como adjunto político para el trabajo con las tropas militares cubanas que se encontraban allí; luego de ese viaje me incorporé al trabajo profesional en el Partido.

Creo que la Juventud fue una organización que marcó mi preparación profesional, me forjó para luego cumplir las tareas que se me han encomendado. Por ello considero mi paso por esta organización como un momento fructífero.

Estudió la carrera de Ingeniería Agrónoma, algo que luego le permitió asumir varios cargos de dirección vinculados al sector de la agricultura. ¿Considera que su formación profesional fue un apoyo para su posterior vida laboral?

Fue fundamental. Pues, cuando llegué al Partido, todo lo relativo con la agricultura y ganadería era muy pujante, por ello los directivos aprovecharon mis conocimientos y formación académica; me ubicaron en función de la producción agropecuaria en el municipio.

Allí pude conocer mejor la práctica de mi carrera, pues hasta ese momento solo sabía la teoría de los libros. Fue muy fructífero y se me facilitó mucho por mi formación universitaria. Además de que me gusta el campo y disfruto estar rodeado de cultivos y animales, me hace muy feliz.

Luego de varios años de trabajo profesional en el Partido y el desempeño en varios cargos de dirección política en el municipio de Sancti Spíritus, aceptó el reto de convertirse en el primer secretario del Partido, primero de la Sierpe y luego de Jatibonico, dos municipios eminentemente agropecuarios.

¿Cómo asumió estos retos? ¿Qué le aportaron como ser humano y a nivel profesional?

Fue realmente un reto, pues durante gran parte de esos años estuve albergado, ya que mi familia permanecía en la cabecera provincial y yo viajaba de un lado a otro. Pero, ya en ese momento tenía cierta experiencia en algunos cargos de dirección y tuve el apoyo de otros compañeros de trabajo, organizaciones sociales y entidades.

Me inserté de forma rápida, pero consciente de que es un cargo que implica una responsabilidad tremenda, pues se toman ya decisiones muy serias. Y, en ambos lugares, pude vincular lo aprendido en mi carrera universitaria.

Aprendizajes tuve muchos, pero creo que el fundamental fue que comencé a tener un contacto más directo y cercano con la población, escuché sus criterios y necesidades; además de sensibilizarme mucho más con las situaciones que día a día aquejan al pueblo.

A inicios de los años 2000 se le encarga la dirección de la recientemente creada Oficina de Atención a la Población en el Partido provincial. Ocupa desde hace más de veinte años ese cargo y le costará separarse del mismo. ¿Cómo es el trabajo en la oficina?

Yo tengo especialistas que atienden a quienes llegan para plantear sus situaciones, pero también atiendo personas, pues hay momentos en que hay mucha gente, y entre todos las ayudamos para que el tiempo de espera sea corto.

También, recibo todas las cartas que envía la población, las leo y hago las propuestas de qué hacer con cada caso, según el contenido de las misivas. Asimismo, intento hacer todo lo que esté a mi alcance para ayudar a la persona que viene con algún problema en el menor tiempo posible. De hecho, en muchas ocasiones las personas que me conocen van hasta mi casa, y allí saco un momento para escucharlos y trasladar luego su necesidad o planteamiento.

Aquí he podido ser testigo de situaciones que tiene la población, que a veces ni podemos imaginar. Por eso, creo tan importante ponerse en el lugar de las personas afectadas y pensar en cómo ayudarlos.

¿Qué es lo más gratificante de su trabajo?

Podría dar muchas respuestas a esa pregunta, pero creo que la más clara es el agradecimiento que siente la gente hacia mí, por ser al menos un eslabón en la cadena para resolver su queja o problema. Siempre habrá personas que no reconozcan y sean ingratos con mi labor, pero eso es parte del trabajo en sí.

Luego de muchos años de trabajo, ha recibido varios reconocimientos por su labor y profesionalidad, pero, ¿hay alguno que para usted tenga un lugar especial?

Acabo de recibir un reconocimiento por mis treinta y cinco años de servicio al Partido, pero creo que el verdadero premio para mí está en que por más de treinta años quienes dirigen esta organización han confiado en mi capacidad y todavía cuentan conmigo para ser útil.

Entonces, luego de tantos años de servicio ¿ha pensado en jubilarse?

Ya pasé la edad de retiro, pues tengo casi sesenta y ocho años, pero todavía me siento una persona útil. Por ello, verdaderamente nunca he pensado de forma seria en mi jubilación, aunque en el fondo sé que llegará en cualquier momento.

De hecho, desde hace algún tiempo estoy preparando a una joven compañera de trabajo para ser mi relevo, a quien he compartido todos mis conocimientos. Pero, verdaderamente no me veo sentado en un sillón en la casa sin un horario, eso me costaría mucho.

Así que, hasta que la salud y mis superiores lo permitan seguiré atendiendo al pueblo desde mi puesto de trabajo y enseñaré a los más jóvenes que se incorporan que, para estar en esta oficina, hay que ser sensibles con las preocupaciones y necesidades de la población.

Gabriela Estrella Cañizares

Texto de Gabriela Estrella Cañizares

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