El mal estado que hoy padecen la mayoría de las carreteras y calles espirituanas no solo salta a la vista cada vez que salimos fuera de casa, ya sea en un moderno auto ligero, en tractor, sobre un coche de caballos o a pie. Esa lamentable realidad se refleja sistemáticamente en los planteamientos e inquietudes de la población, expresados lo mismo en las asambleas de rendición de cuenta que en las tertulias esquineras de cualquier barrio.
En Sancti Spíritus existen alrededor de 3 600 kilómetros de vías de notable importancia económica y social, incluidos casi 710 kilómetros de interés nacional, entre ellos tramos de la Autopista Nacional, la Carretera Central, los circuitos Norte y Sur, así como los accesos a las cabeceras municipales.
De forma general, más del 55 por ciento de estas se encuentran en buen estado técnico, en tanto el resto clasifican como regular y mal. Dada su trascendencia para el país, esas arterias resultan las más beneficiadas con los trabajos de reparación y mantenimiento; sin embargo, algunas ya acumulan muchos años de deterioro, por ejemplo, la vía de unos 30 kilómetros que une al poblado de Jarahueca, en Yaguajay, con el límite de Ciego de Ávila.
Aunque durante el pasado año Sancti Spíritus aparece entre las provincias que más asfalto colocó en Cuba, aquí existía un plan para echar 12 000 toneladas y se utilizaron menos de 5 000, fundamentalmente por la crisis energética que impidió su fabricación.
Entre las arterias beneficiadas con importantes labores de bacheo, reparación y mejoramiento aparecen la llamada Loma del Puerto, el enlace de la cabecera municipal hacia La Boca y el Pedraplén, en Trinidad; la carretera de Sancti Spíritus a Zaza, fundamentalmente en la llamada zona industrial de la villa; además de que se construyó la nueva rotonda en la salida de la capital provincial hacia Jatibonico.
Según el Centro Provincial de Vialidad, este año aún no se ha podido mejorar con hormigón asfáltico caliente ni una cuadra, a pesar de que el criterio de los especialistas asegura que el momento ideal para colocarlo se ubica en el período seco, el cual ya casi llega a su fin.
No obstante, desde hace años aquí ha comenzado a emplearse el hormigón asfáltico frío, que precisa de menos gasto energético para su elaboración y del cual entre el pasado año y este 2025 ya se han utilizado más de 15 000 toneladas, sobre todo en el acceso al hotel Zaza, en el Circuito Norte, en los viales de acceso a los municipios y en carreteras de La Sierpe, Yaguajay, Cabaiguán, Fomento y Trinidad.
Esta alternativa, cuestionada por unos y ponderada por otros en razón de su durabilidad, ya se fabrica en las tres plantas de la provincia y en una mipyme de Fomento con favorables resultados. En la práctica ha demostrado que, cuando se coloca correctamente, perdura en el tiempo. Aquí se ha empleado sobre todo en labores de bacheo para hacer transitables algunas vías y, como opción más barata al fin, al parecer llegó para quedarse.
Por otra parte, en el panorama de las calzadas espirituanas, las de interés provincial, municipal y las urbanas mantienen elevados por cientos de deterioro; por ejemplo, la que enlaza el poblado de Meneses con Buenavista.
En el complejo escenario económico de hoy, cuando mucho escasea el asfalto —tanto caliente como frío—, este año se han priorizado las labores en Cabaiguán y se realizan algunas acciones puntuales en Sancti Spíritus.
A las complejas realidades actuales que afectan el estado de las vías espirituanas se une el déficit de presupuesto estatal para asumir estos complejos y costosos trabajos, situación que hoy se intenta revertir con algunos proyectos presentados al Ministerio de Transporte, que en total suman unos 100 millones de pesos.
El deterioro acumulado en las vías espirituanas, como en las del resto del país, resulta muy notable y, dada la actual escasez de recursos para enfrentar su reparación capital, los trabajos se concentran en bacheos y mejoras de los tramos más críticos para, al menos, mantenerlas vivas.
La peor situación se encuentra en las calles interiores de pueblos y ciudades, en los enlaces intermunicipales, así como en esos terraplenes que enlazan las áreas rurales, atendidos fundamentalmente por entidades de la Agricultura y Azcuba con vistas a mantenerlos accesibles para el transporte público y el traslado de los abastecimientos, pero que no pocas veces generan incomunicación por su elevado deterioro.
Resulta bien difícil, si no imposible, encontrar actualmente una calzada completa en buen estado en Sancti Spíritus, ya sea de interés nacional, provincial, municipal o comunitario. Muchas de ellas, al menos, mantienen limpias sus orillas o fajas, pero otras ni siquiera cuidan ese complemento.
Además de la escasez de asfalto, presupuesto y las dificultades con el drenaje en algunos tramos, las carreteras y calles espirituanas también padecen otros enemigos como las indisciplinas sociales que las destruyen consciente o inconscientemente, los actos vandálicos contra las señalizaciones, el paso excesivo de caballos con coches que las laceran y hasta las dificultades con el abasto de agua que impulsan la apertura de no pocas zanjas en el pavimento.
Las arterias del territorio constituyen un bien público que merece ser cuidado, mejorado y respetado, como una prioridad gubernamental y de la ciudadanía toda. Reparar las calzadas se traduce en menos accidentes y mayor bienestar económico-social para todos. Mientras no se pueda lograr su completo restablecimiento, las heridas en el asfalto requieren, al menos, de alguna curita.
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