Del primer trazo allá en los días en que las horas transcurrían entre los muros de la otrora Academia de Artes Plásticas de Trinidad quedan el gusto y el interés. Después de una amplia obra en diálogo más cercano con las artes visuales contemporáneas, José Alberto Rodríguez Avila (Avilarte) se inscribe como un consagrado al humor gráfico.
“Podemos decir que siempre he estado relacionado con esa faceta, pero no como ahora. Al nuevo José lo caracterizan la intensidad y constancia. Por ello, pienso dedicarme por entero a eso”.
Talento y gusto encontraron la mejor cobija: el periódico Escambray para avivar nuevos y cada vez más sólidos trazos. Bajo su firma no solo se publican ilustraciones, sino que descansa parte del diseño de este medio de comunicación.
“Ha sido mi primera escuela en cuanto al humor gráfico ya que tuve como referente a Osvaldo Pestana Montpeller (Montos) y su taller relacionado con ese tema. También aquí he encontrado la motivación por los consejos de Arturo Delgado Pruna, como siempre le digo, el cronista exacto de todo lo que se hace en materia del cómic en Sancti Spíritus y Cuba. Puedo decir que es el autor intelectual para que me decantara por la caricatura política, editorial… Y en esta última etapa llegó Arístides Esteban Hernández Guerrero (Ares), uno de los grandes caricaturistas de Cuba y del mundo”.

Precisamente, este joven espirituano, egresado de Bellas Artes, bajo la sombra de ese multipremiado artista y psiquiatra de profesión, alistó varias de sus creaciones y apostó por compartir con los públicos que asistan este 21 de abril a la sede de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), en La Habana, su muestra personal La paradoja del arquero.
“También contribuyó el director de Palante. Es un ciclo que no se cierra, sino que continúa; pero que tiene inicio en el tiempo que estudiaba en la difunta escuela de Trinidad y llega hasta el nuevo José Alberto”.
Desde el propio título se anuncia que las 15 piezas con sello de humor gráfico dan en la diana, como sucede siempre cuando un buen arquero dispara su flecha, sin importar la trayectoria que realice.
“Mi obra se enfoca en tratar temas internacionales conocidos, pero desde mi óptica. Son inéditas en Cuba porque algunas han estado presentes en escenarios internacionales. Por ejemplo, hay una con el título Mirando la tele (Watching tv), dedicada al tema Palestina. De hecho, hay varias relacionadas con la ocupación sionista en esa nación. Con ella obtuve una Mención de Honor en uno de los eventos más importantes de Asia, específicamente en Corea del Sur.
“Esas creaciones tienen un tono reflexivo, donde mi interés como creador es que el espectador pueda enfrentarse a ese tema y que justo en ese encuentro genere otra obra”.
Es esa una de las posibilidades de las gráficas realizadas para la prensa, desde chistes, viñetas, caricaturas, historietas…; todo lo que se agrupa bajo la sombrilla del humor gráfico. Una herramienta vital para lograr discursos más completos e integrales.
“Siempre he dicho que una imagen habla más que mil palabras. Siento mucha satisfacción cuando un periodista pide calzar su material con una creación y considera que le aporta a su material. Ya para mí eso significa un verdadero premio.
“Creo que los periódicos deben salirse de los bloques de textos. Se extrañan esos medios donde se explotaban mucho el humor gráfico, la sátira política, la caricatura personal”.
Precisamente por la importancia de esos recursos se convocó, otra vez, a la XXIV Bienal Internacional de Humorismo Gráfico en San Antonio de los Baños, en La Habana. Del 20 al 23 de abril se podrán en concurso obras bajo el tema: Menos FAKE y más NEWS. José Alberto Rodríguez Avila asumió el reto y no se perderá la cita.
“Presenté en la categoría de humor y en el Premio Tomy de humor político, en recuerdo del caricaturista Tomás Rodríguez Zayas. Dicho lauro busca reconocer los mejores exponentes del discurso gráfico contrahegemónico, antiimperialista y de izquierda. En esta ocasión tiene como eje central NO a la guerra en Palestina”.
Aunque es esta su primera vez en la Bienal convocada por el Círculo de Humoristas e Historietistas de la UPEC y el Museo del Humor de San Antonio de los Baños, José Alberto va con sobradas experiencias en varios certámenes internacionales y publicaciones fuera de Sancti Spíritus, como Cubadebate, Dedeté, Palante y plataformas mediáticas fuera del país. Asimismo, guarda en su currículo los buenos sabores de piezas más cercanas a las particularidades de las artes visuales contemporáneas que dieron mucho que hablar entre los públicos que dialogaron con La espiral infinita y La pistola en la cabeza. También cuando con los aires bisoños frescos se llevó el Premio del III Salón de Arte Contemporáneo Vita Brevis, convocado por la filial provincial de la Asociación Hermanos Saíz.
Todas esa vivencias avalan que este creador espirituano, además de demostrar con creces ser firma de una obra sólida, cuestionadora y competitiva, confirma el acertado bautizo de un colega en esta mismas páginas: “José Alberto Rodríguez, un artista de nuestro tiempo”.
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