La Unión Europea (UE) y el Reino Unido insistieron este lunes en París en presionar al presidente estadounidense, Donald Trump, para que contemple su visión y la de Ucrania en el diálogo con Rusia sobre el fin del conflicto.
Una decena de dirigentes europeos aceptaron la invitación del presidente francés, Emmanuel Macron, al Elíseo para buscar consenso frente a la decisión de Trump de impulsar el cese de las hostilidades en el Este de Europa en una negociación directa con su par ruso, Vladimir Putin, en la que ni Bruselas ni Kiev parecen actores clave, al menos por el momento.
Para el primer ministro polaco, Donald Tusk, los acontecimientos recientes demuestran a todos los participantes en el encuentro de tres horas que la relación transatlántica, la OTAN y la amistad con Estados Unidos entran en una nueva fase.
Trump, quien regresó a la Casa Blanca hace menos de un mes, rompió con la postura de su predecesor, Joe Biden, de apoyar a Kiev en el conflicto con Moscú, en una cruzada antirrusa junto a la UE marcada por el envío de miles de millones de dólares y euros y armas, así como por las sanciones económicas contra Rusia.
Al respecto, el canciller alemán, Olaf Scholz, estimó que europeos y estadounidenses no deberían separar sus responsabilidades frente a Ucrania, cuyo presidente, Volodímir Zelensky, acusó este lunes a Washington de decir “cosas agradables” para Putin y de “complacerlo”.
Los jefes de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, y norteña, Marco Rubio, se reunirán mañana en Riad para abordar el mejoramiento de las relaciones bilaterales y la salida pacífica del conflicto en Ucrania, encuentro que podría ser la antesala de uno de alto nivel entre Trump y Putin.
Scholz declaró aquí que no es momento de paz en medio de una guerra brutal y se pronunció por mantener el respaldo a Kiev, al que ya Washington advirtió que en un eventual proceso de paz no podrá aspirar a recuperar sus fronteras de 2014 ni ingresar a la OTAN.
Por su parte, el primer ministro británico, Keir Starmer, instó a Estados Unidos a ofrecer garantías de seguridad a Ucrania, país al que se comprometió con mandar tropa de paz si lograse un acuerdo con Moscú, propuesta también realizada en la jornada por Suecia.
La idea de ver a soldados europeos en suelo ucraniano no arrojó consenso en esta capital, con el rechazo de Scholz y de Tusk.
Trump y su acercamiento a Putin inquietan a la UE y a Londres, que no parecen renunciar a su postura antirrusa, lo cual reconoció la primera ministra danesa Mette Frederiksen, al tildar a Rusia de una “amenaza ahora para toda Europa”.
Expertos ponen en duda que los europeos mantengan a largo plazo su desafío a la Casa Blanca en lo referente al conflicto, en particular en tiempos de presiones arancelarias desde Washington.
No obstante, en el viejo continente ya asumen que deben hacer mucho más por su seguridad colectiva, un escenario reclamado durante el foro por el premier Starmer.
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