La Bienal Identidad se niega a morir

Aunque la Bienal Identidad: Jornada de Homenaje a Ada Elba Pérez, se detuvo durante cuatro años, retomó su paso y espera reencontrarse, en este 2025, con la artista e hija ilustre de Jarahueca

El evento convocaba lo mejor de las artes en Jarahueca. (Foto: Facebook)

Cuando aquel día gris de julio de 1992 un golpe inesperado de la vida le arrebató los pasos a Ada Elba Pérez: poetisa, compositora, artista de la plástica, profesora y promotora cultural, oriunda de Jarahueca, este pedazo de tierra del municipio espirituano de Yaguajay perdía físicamente a esa “guajira deslumbrada” y a una mujer que, durante 30 años, nutrió su obra creativa a través de las calles y personajes de su pueblo natal.

Mas, aquella pérdida irreparable no podía condenar al olvido a Ada y, mucho menos, a su obra. Fue así, que, a solo dos meses de su partida física, su amigo, el poeta venezolano Edy Rafael Pérez, conmocionado ante el vacío, propuso hacer una lectura de poesía en Jarahueca para homenajear a la autora de canciones infantiles como El cangrejo Alejo, Señor Arcoíris, Ana la campana, El trencito y la hormiga, El vendedor de asombros y Estela, granito de canela, entre otras.

De esta manera emergió la primera idea para recordar a quien dejó sólidas huellas en la literatura, la música y las artes visuales. Sin embargo, un poco más tarde, según refieren fuentes del sector de la Cultura en Jarahueca, el entonces director provincial del gremio, Carlos Sotolongo, de conjunto con la hermana de Ada, apostaron por crear un evento de mayor magnitud, dedicado a recordar a una de las más destacadas instructoras de arte y promotoras del Movimiento de Artistas Aficionados de la nación.

Surgió así, en 1997, la primera Bienal Identidad: Jornada de Homenaje a Ada Elba Pérez; un evento fruto del cariño de sus coterráneos, que cada dos años invita a promover la obra artístico-literaria de esta joven intelectual.

Justo en el mes de septiembre, a propósito del cumpleaños de la artista, se concibió el certamen, el cual deviene espacio para que los habitantes de la comunidad se acerquen lo mismo a la prosa fina, a la poesía encantadora que a las canciones pintorescas de Ada. Así, el quehacer de esta hija ilustre de Jarahueca viaja en la voz de los pueblos más cercanos, e incluso, más allá de sus fronteras.  

Desde ese entonces la Bienal revolucionó a Jarahueca. El pueblo convocaba a cada edición del encuentro y abría las puertas de sus casas, de forma desinteresada, para que los asistentes, tanto extranjeros como nacionales, se hospedaran allí, como una familia más.

De esos días de Bienal todavía persisten relaciones de amistad, de respeto y cariño entre jarahuequenses y personas de otras regiones del país que llegaban para disfrutar y traer de vuelta distintas facetas de la vida de Ada. Eso sin contar que de este evento emergieron el Taller Teatral La Colmenita y el Taller Emparchando Sueños, los cuales ya dejaron de respirar.

Con un dinamismo y entusiasmo envidiables, actuación de todos los factores, presencia de variadas instituciones y personalidades del arte y la cultura, y con un estricto apoyo promocional se vivieron las primeras ediciones del certamen.

Unido a esa impecable organización, no faltaron las tertulias literarias, conciertos, eventos teóricos, galas, presentaciones de libros y de grupos teatrales, exposiciones plásticas y artesanales, así como el lanzamiento del concurso literario Ada Elba Pérez; iniciativas que transitaban las variadas aristas de la formación de esta intrépida muchacha.

Mas, desde el 2017 la Bienal detuvo su paso por casi cuatro años. La situación económica del país, el paso del huracán Irma −que atravesó el municipio−, el complejo escenario epidemiológico que se vivía debido a la presencia de la covid, y el escaso apoyo de instituciones culturales u otros organismos pertinentes; le cortaron las alas a un encuentro que estimulaba la vida sociocultural, no solo de la comunidad de Jarahueca, sino de las aledañas al territorio yaguajayense.

Si bien es cierto que el evento tenía un carácter comunitario, no podía quedarse a merced de la voluntad de la Casa de Cultura de la localidad. Para su materialización exigía alianzas, esfuerzos conjuntos… Tanto es así que, luego de cuatro años, justo en septiembre del 2023, Jarahueca retomó su Bienal Identidad.

Y si las puertas se abrieron nuevamente para el certamen fue gracias al empuje del actual director de Cultura de Yaguajay, quien, al decir de fuentes del sector en el territorio, defendió esta idea con uñas y dientes. A pesar de este despegue, el encuentro no adquirió, en esta última edición, la magnitud de sus años iniciales.

El escaso presupuesto asignado para su realización, y el casi nulo respaldo de instituciones u organismos pertenecientes al sector de la Cultura en la provincia, que antes asumían un rol determinante en el evento, han mellado, tal vez, el otrora impacto de la Bienal. Bien lo saben los habitantes y trabajadores de la Casa de Cultura del territorio, quienes fueron testigos de la última edición desprovista del intercambio entre poetas, escritores, y artistas artesanos de otros lugares de la provincia. Solo estuvo presente el talento del patio.

Además, la presencia de personalidades del Arte y la Cultura a nivel nacional también ha disminuido debido a los lógicos tropiezos con el transporte que vive el país en los últimos tiempos. Claro, no es secreto para nadie que la movilidad de un extremo a otro de Cuba es hoy el talón de Aquiles para lograr ciertos eventos, mas, debiera pensarse en estrategias, al menos a futuro, para garantizar la asistencia de figuras a una cita que apuesta por preservar los valores de la identidad local.

A pesar de estos contratiempos, la XIV edición de la Bienal Identidad, efectuada en el 2023, contó con el apoyo absoluto de la Dirección Municipal de Cultura y Arte de Yaguajay, así como del pueblo de Jarahueca. Los habitantes de esta pequeña localidad abrieron sus brazos, una vez más, a un evento que les devuelve el arte de Ada Elba Pérez y los enriquece espiritualmente.

Y aunque tuvo lugar en medio de la contingencia energética por la que transita el país, que limitó algunas de las actividades programadas; gracias al empeño de los trabajadores del territorio, a los pobladores, y al acompañamiento del actual director de Cultura en el norte espirituano —que por esos días mudó su casa para Jarahueca— se realizaron las exposiciones artesanales, los talleres de creación, las tertulias literarias y otras acciones previstas.

No obstante, es imperdonable creer, que sin el sostén del gremio de la Cultura en Sancti Spíritus este certamen pueda retomar el esplendor de años atrás. El término comunitario no puede significar que se deje a su suerte un encuentro que resguarda lo autóctono.

La Bienal Identidad: Jornada de homenaje a Ada Elba Pérez, está de vuelta; sin embargo, al margen de lo narrado, queda mucho por hacer todavía para que ensanche sus alas como aquel septiembre de 1997.

Para ello, habrá que hacer malabares con el presupuesto, sortear los contratiempos del transporte, y traer hasta este recóndito paraje a personalidades de la Cultura a nivel provincial y nacional; contar con el respaldo de instituciones culturales u otros organismos de Sancti Spíritus, y apuntalar la promoción y divulgación de un evento que mueve sensibilidades, que es magia, amor y espiritualidad. Ojalá y este 2025, cuando se efectúe la XV edición del certamen, la realidad contradiga el menor de los pronósticos. Ada tiene que estar, irremediablemente, en el mapa de Jarahueca.

Greidy Mejía Cárdenas

Texto de Greidy Mejía Cárdenas

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