El festival Maha Kumbh Mela promete reunir en los próximos 44 días a más de 400 millones de personas que buscan la limpieza de los pecados y purificación espiritual en aguas sagradas para el hinduismo. La peregrinación se celebra cuatro veces en el transcurso de 12 años en las ciudades indias de Haridwar, Ujjain, Nashik y Prayagraj, ésta última la más conocida.
La elección de dicha ubicación no es al azar, pues precisamente alrededor de estas ciudades se encuentran los ríos sagrados que fungen como escenarios de esta celebración religiosa. Desde el Ganges hasta el Shipra, el Godavari y la confluencia del Ganges, el Yamuna y el mítico Sarasvati.
El momento en el que tiene lugar el Kumbh Mela está dictado por la astrología y depende de las posiciones del Sol, la Luna y Júpiter. Participan de esta ceremonia los ascetas, como Sadhus y Naga Sadhus, ermitaños que salen de la reclusión durante el festival y los practicantes cotidianos de la religión hindú.
Durante los 44 días de duración de esta peregrinación sagrada los participantes buscan la purificación de los pecados, guía, liberación espiritual y paz interior. El baño sagrado en la confluencia de los ríos Ganges, Yamuna y Serasvati se convierte en el momento de mayor relevancia.
La celebración se remonta a miles de años atrás y está profundamente ligada a la mitología hindú. Se cree que, por esos años, hubo una batalla entre dioses y demonios por el néctar de la inmortalidad, durante la misma uno de los dioses huyó con el preciado líquido y derramó sus gotas en las ciudades que son actualmente el epicentro de la celebración.
Al comienzo las peregrinaciones eran más pequeñas y, luego, con el auge del hinduismo y los períodos Maurya y Gupta su estatus se elevó. A lo largo de los años y, debido a su importancia para los indios, las diferentes dinastías reales que gobernaron el país respetaron esta sagrada tradición. Luego de la independencia de la India del Imperio Británico esta celebración milenaria adquirió mayor connotación y se convirtió en un símbolo de unidad nacional y la celebración de la cultura del país.
El Kumbh Mela fue reconocido en el año 2017 por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. La música, la danza y la artesanía se convierten también en protagonistas de la peregrinación. Una celebración a la que, también, se suman peregrinos internacionales. El Mela, su historia, tradiciones y prácticas son un recordatorio de la unión de la humanidad en busca de la espiritualidad y la paz interior, sin importar las barreras culturales.
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