Parece un soplo de luz en medio de tanto apagón: aunque le queda casi media zafra por hacer, el central Melanio Hernández, de Tuinucú, ya completó el programa de entrega de energía al Sistema Electroenergético Nacional previsto para la actual campaña.
Así lo confirmó Antonio Viamontes, director de la empresa del mismo nombre. «El plan ascendía unos 2 210 MW hora a entregar. Se sobrecumple cuando el plan de azúcar está muy cerca del 60 por cuento; o sea, que se alcanza con varios días de antelación porque el central ha superado lo que tiene que entregar jornada a jornada».
La producción de energía por la industria taguasquense tiene varios valores añadidos: «Hay que recordar que esto es una energía limpia que se genera a partir del bagazo que quemamos en las calderas, aquí no se usa ningún tipo de combustible y eso ha permitido la formación de vapor a partir de las intervenciones hechas a las calderas durante las reparaciones y ha redundado en una buena estabilidad que permite generar lo que consume el central y realizar este modesto aporte a la economía del país”.
El impacto energético irradia hacia los pobladores de Tuinucú, comunidad donde se encuentra enclavado el central: «Tanto en tiempo real cuando estamos moliendo como cuando estamos parados; como tenemos una excedente importante de bagazo, seguimos generando y entregando energía. Mientras se muele podemos estar entregando entre 2 y 3 megawatts, que puede representar casi un circuito de la provincia».
Según la fuente, otro de los logros es que se le puede entregar vapor a la destilería, lo que se considera un doble ahorro. «La caldera de la destilería quema fuel oil; cuando desde el central se puede entregar vapor se ahorra ese portador y, además, la energía que consume la caldera. Eso ha facilitado que la fábrica tenga un 110 por ciento de cumplimiento, con un gran ahorro tanto de fuel oil como de miel y todo implica un mayor nivel de eficiencia”.
Uno de los impactos más tangibles es el aporte a la economía de la empresa y el salario de los trabajadores: «Desde el año pasado el país tomó decisiones y hay tarifas hoy que son motivadoras y que se forman en tres horarios: el diurno, el pico y el de la madrugada. Se estimula más en dinero el horario pico, o sea, el Sistema Electroenergético Nacional nos paga más en ese segmento y eso permite que parte de ese dinero vaya al salario de los trabajadores. En enero, por ejemplo, el salario medio estuvo en alrededor de los 16 000 pesos y 8 000 fueron por corriente. y ahora en febrero la cuantía será un poco menor al ser de solo 28 días, pero igual habrá un impacto importante».
Ya que le restan casi dos meses de zafra, con el 40 por ciento del azúcar aún por fabricar, el plan de energía debe duplicarse: Lo que nos queda por delante es muy fuerte y van a venir días muy complejos en el afán de poder entregar la mayor cantidad de azúcar posible. Hoy tenemos más de 3 000 toneladas de azúcar producidas de las que teníamos por esta misma fecha del año pasado. Pero seguimos enfrentando situaciones muy adversas, la maquinaria se va cansando más, son más horas moliendo y todo va pesando.
Y concluyó la fuente: «Lo de la energía es una meta volante, intermedia, pero no es la recta final, que es a la que vamos a tratar de llegar».
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