No se puede bloquear el sol

En medio de una compleja situación económica, las expectativas aumentan en relación con los desafíos que enfrenta la construcción de varios parques solares fotovoltaicos en Sancti Spíritus

(Ilustración: Avilarte)

Ante los largos apagones, caídas cíclicas del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) y las molestas consecuencias para los cubanos, la necesidad de eliminar las afectaciones al servicio eléctrico, a partir de incrementar la capacidad de generación en el país y a su vez la eficiencia energética, es uno de los grandes retos que enfrenta el sector en Cuba.

Repetidas veces se ha anunciado la estrategia que se sigue para la generación del SEN: priorizar las fuentes nacionales como respaldo a la independencia energética que la nación requiere, para lo cual resulta necesario contar con una matriz de generación diversa a partir de fuentes propias, entre ellas las renovables de energía.

Entre estas últimas la energía solar fotovoltaica se ha vuelto popular y los expertos consideran que una instalación de este tipo no puede medirse por su rendimiento inmediato, sino como una inversión que se rentabiliza con el tiempo, de ahí que, en muchos casos, al cabo de unos cuatro o cinco años, las placas pueden llegar a amortizarse por el ahorro que genera.

Y no es por moda. El mejor ejemplo es China, por mucho, el mayor productor de energía solar del mundo. Tanto valor le ha dado al uso de esta Fuente Renovable de Energía que su capacidad instalada supera los 300 gigavatios, como resultado de políticas gubernamentales sólidas y una industria manufacturera robusta que ha permitido la reducción de costos en paneles solares.

También por la instalación de parques solares fotovoltaicos (PSFV) ha apostado Cuba y también Sancti Spíritus, provincia que a finales del 2025 aspira a sumar tres nuevos a los siete que ya posee y, con ello, acercarse a los 80 megawatts de potencia, a partir de lo cual, al decir de Roberto Hernández Rojas, director general de la Empresa Eléctrica (EE) en este territorio, se estaría cubriendo el 70 por ciento de la demanda del pico diurno.

Pero del dicho al hecho el trecho es inmenso y los caminos para lograr ese propósito son múltiples y complejos. “Tanto es así —aclaró Hernández Rojas— que para construir el parque más grande que tiene la provincia, el de Mayajigua, nos demoramos 11 meses, mientras ahora se deben concluir tres en el año. Con el de Cabaiguán, por ejemplo, con fecha de sincronización el 24 de junio, se trata de montar en solo tres meses el equipamiento de un parque de 21.8 megawatts”.

Cuando todavía falta parte del equipamiento y no sobran muchas manos la pregunta que muchos se hacen es: ¿podrá la provincia construir los tres parques planificados para que estén disponibles cuando finalice este 2025, y generar los 80 megawatts de energía comprometidos?

De más está decir que hay obstáculos por doquier. Ante la premura inminente, Osmany García Hernández, director técnico de la EE, asegura que existe la fuerza calificada para el montaje de los mismos, ya que para ello cada inversión contará con el apoyo de varias entidades.

Los expertos explican que, si bien no es una labor complicada, sí es intensiva. Se trata de montar 1 628 mesas de modo que no será nada fácil alistar los cerca de 400 hombres que en determinado momento se necesitan en cada parque, y que se mantenga la sincronización que lleva desarrollar varias labores al unísono.

Otras piedras en el camino resultan que algunos recursos están por llegar, además de que es un trabajo fuerte y la tecnología de los parques solares de Cabaiguán y Tuinucú es más difícil porque hay que barrenar para colocar las patas de las mesas y fundir in situ.

Tampoco están a la mano la cantidad suficiente de barrenadoras para abrir los 16 380 huecos (deben ser 500 diarios) donde van los soportes, que todo tiene que quedar al mismo nivel…

En fin, que no se trata de coser y cantar, aunque el optimismo y la necesidad de hacer hagan que los directivos de la EE planten bandera. “Nada puede fallar y las fechas son inviolables: terminar en junio Cabaiguán, el de Tuinucú en agosto, y en noviembre Jatibonico. En lo adelante deberán incorporarse más brazos y máquinas barrenadoras, habrá que trabajar de sol a sol y tirar hormigón sin parar, ya que la idea es montar un batching plant o planta de concreto in situ”.

Nadie está ajeno a la crisis que existe con los altos precios del combustible, que a Cuba le cuesta más que a nadie por las conocidas barreras comerciales, pero como alguien afirmara con muchísima razón, la energía a través de paneles fotovoltaicos sigue siendo cara, pero mucho menos que el diésel, y el sol no se puede bloquear.

Lo cierto es que, como afirmara una colega, el uso de la energía renovable no es un antojo, sino una necesidad, incluso para quienes disponen de suficiente combustible y tecnología. No por casualidad se calcula que para el 2030 las energías renovables aportarán la mitad de la electricidad mundial.

 Cuba, un país privilegiado por su clima, una vez más apuesta por no dejarse bloquear y continuar con su plan de soberanía energética a partir de la utilización de sus propios recursos y unas condiciones naturales que le permite aprovechar el potencial de radiación solar, que es de aproximadamente 5 kilowatts hora por metro cuadrado al día.

Carmen Rodríguez

Texto de Carmen Rodríguez
Reportera de Escambray por más de 30 años. Especializada en temas económicos.

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