Dedicación y sabiduría cuentan en la vida del doctor en Ciencias Pedagógicas Andel Pérez González, un enamorado de la Matemática, que ha dedicado más de 20 años a la Universidad de Sancti Spíritus José Martí (UNISS).
Con una extensa trayectoria en el mundo de los números y los saberes más exactos, ostenta una modestia singular; su vida se traza alrededor de una ecuación casi perfecta: los alumnos.
“Yo procedo de una familia donde mi mamá y mis tíos son maestros y, como siempre me gustó el magisterio, pues decidí continuar ese camino. En la etapa del periodo universitario me tocó decidir por la especialidad por la que iba a optar y dispuse que fuera Matemática. Luego de aquella decisión llegué al pedagógico y me gradué de licenciado en Educación Especialidad Matemática-Computación”.
Sin pausas en la conversación, detalla lo importante que resultó su vida como estudiante.
“Desde mi etapa estudiantil fui alumno ayudante. Eso me permitió, entonces, que se me identificara y fui seleccionado para regresar a la universidad desde que fuera posible. Estuve solo un año afuera trabajando como profesor en una Secundaria Básica. Acto seguido regresé a la universidad, como profesor de Matemática de la Facultad de Profesores Generales Integrales. Allí transité por diferentes responsabilidades, pero nunca he dejado de ser profesor de Matemática”.
El doctor Andel desempeñó distintas responsabilidades en la UNISS como vicedecano de Pregrado y de Investigaciones y Posgrado.
¿Otras responsabilidades lo ocuparon en aquellos tiempos?
“Fui responsable provincial de la asignatura de Matemática, una actividad que me aportó muchísimo en mi preparación. Me apasionaba porque estaba muy cerca de la docencia —cuenta con una devoción admirable—. Lo que pasa es que era un trabajo más directo con los estudiantes, pero a la vez con los profesores; profesores a los que yo debía preparar, asesorar metodológicamente, pero igualmente, profesores de los que yo aprendía porque en ese equipo de trabajo había muchos con más experiencia que yo”.
Con el paso de los años comienzan a suceder una serie de transformaciones en la universidad debido a su propio desarrollo. ¿Cómo se involucra en esas transformaciones?
“Con las transformaciones pasé a ser profesor del Departamento de Matemática de la Facultad de Ciencias e impartí la asignatura Didáctica de la Matemática. Aunque he impartido, indistintamente, por necesidades específicas, algunas otras asignaturas más puras y más propias de los conocimientos matemáticos, pero siempre mi experiencia mayor está en la didáctica de la Matemática. En esa dirección he enfocado la investigación. Me apasiona la investigación en Didáctica de la Matemática, pero eso no me hace abandonar el aula”.
¿Por qué?
“Primero porque es el escenario donde yo puedo comprobar, nutrirme de esas propias experiencias que luego llevo a la investigación, o a la inversa”.
El profesor Pérez González, por su profundo compromiso con la excelencia académica y su incansable búsqueda del conocimiento, fue seleccionado para ser miembro del grupo de Calidad y Acreditación de la universidad.
“Eso ha sido una experiencia muy bonita también. Me permite conocer la universidad desde una posición más abarcadora. Los profesores miembros transitamos, asesoramos a todas las áreas de la universidad, pero igual me ha dado la oportunidad de evaluar un número importante de programas de otras universidades del país. Intercambiamos con especialistas de primer nivel de otras universidades y conocemos experiencias diferentes.
Andel es, a su vez, miembro del Comité Técnico de Maestría de la Junta de Acreditación Nacional de Cuba, una labor que realiza con gusto, pero sin dejar a un lado las clases que tanto ama.
“En este momento soy profesor de la Maestría en Ciencias Pedagógicas y de la Maestría en Procesos Formativos, ambas de nuestra Universidad. Y ya desde hace varios años también soy profesor del programa de Doctorado en Ciencias de la Educación, que hoy coordino”.
¿Cómo lo asume?
Ha sido un trabajo muy intenso. Primero, porque tuve que asumir la coordinación del programa y ha sido una tarea bien fuerte, pero interesante; muy apegada al trabajo científico, porque tiene como objetivo fundamental formar doctores, pero esa propia formación de doctores implica que estemos acompañando a los doctorandos en el proceso de elaboración, de evaluación, de puesta en práctica de importantes resultados científicos desde el punto de vista teórico y práctico. Los mismos aportan soluciones a los problemas de la ciencia de la Educación en Cuba y, bueno, fundamentalmente en nuestra provincia, tanto de la Educación Superior como de la Educación General.
“El programa este año, con un trabajo en equipo, se sometió a la evaluación externa y obtuvimos la categoría de excelencia, lo que se convierte en un grandísimo reto para todos. Estamos seguros de que ahora sostenerla es mucho más complicado porque los tiempos cambian y los retos son diferentes”.
El Centro de Entrenamiento Provincial de Concursos en el IPVCE Eusebio Olivera cuenta también con sapiencia del profesor Andel, así como la gestión de los estudios de posgrado, que ocupan gran parte de su quehacer diario en la casa de altos estudios. Sus ansias de superación constante y ese trabajo sostenido resultaron motivos suficientes para que, en jornadas precedentes, le concedieran la Distinción Especial del Ministro de Educación Superior en Posgrado.
“El premio, evidentemente, creo que es un reconocimiento a todo el trabajo que hemos realizado y, bueno, me ha tocado desde alguna perspectiva dirigir equipos de trabajo que también forman parte de ese premio, pero sobre todo un tremendo compromiso con lo que hago, con los estudiantes, y sobre todo con la gestión de calidad de la universidad, en función de poder adoptar y cumplir las metas propuestas por el centro de sostener o mejorar la categoría de acreditación; asimismo, contribuir a la formación de doctores y másteres, que es un gran reto”.
¿Cuánto de desafiante es para usted y su equipo de trabajo avanzar en estas misiones?
“Mucho. En primer lugar, para el equipo de trabajo, en mi opinión, es muy desafiante porque a veces las condiciones no son suficientes; porque cambian de hoy para mañana las condiciones, pero para suerte mía, en lo particular, en ambos contextos, me acompaña un muy buen equipo. Si bien a veces no logramos cumplir todas las tareas que nos proponemos en el tiempo requerido, nos esforzamos muchísimo.
“Desde el punto de vista personal el reto es más grande, sobre todo, por el tiempo que exige cada una de las tareas que hoy tengo a mi cargo. Le tengo que confesar: me cuesta trabajo dedicar un tiempo para mí, pero cuando uno ve los resultados se siente satisfecho”.
Supongo que el Dr sabe que un pedagogo sin alumnos ya no lo es..Seria un burocrata y no un maestro..Sigue la tradicion la magnificoa profesores matrematicos en Sancti Spiritus:Tomasito,Felix,el Chino,Chelo,Catalina y un largusimo etc