Omar Lorenzo Ríos: mientras pueda, seguiré volando (+fotos)

Este hombre, jefe del departamento Técnico de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Sancti Spíritus de la Empresa Nacional de Servicios Aéreos (ENSA), ha dedicado 55 años de su vida a la aviación

Preparar los aviones es una parte crucial de mi trabajo. Desde el chequeo de combustible hasta las pruebas generales, cada detalle cuenta, explica Omar. (Fotos: Naturaleza Secreta)

En pleno centro del país, un hombre ha dedicado 56 años de su vida a la aviación, un mundo que lo ha atrapado desde su adolescencia. Omar Lorenzo Ríos, jefe del departamento Técnico de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Sancti Spíritus de la Empresa Nacional de Servicios Aéreos (ENSA), ha recorrido un camino digno de ser contado. Su historia es una crónica de amor por lo que hace.

“Desde los 17 años empecé mi carrera en la aviación”, recuerda. “En el año 68, realicé un curso en Managua, La Habana, porque la Revolución estaba haciendo un llamado a la juventud para apoyar la producción agrícola desde la aviación, y desde entonces no he mirado atrás”. Su trayectoria ha sido larga y variada: comenzó como mecánico de aviación, ascendiendo a técnico, jefe de brigada, y otros muchos cargos que lo llevaron a convertirse en director de la UEB, papel que jugó durante 17 años, hasta pasar al puesto que hoy ocupa. “He pasado por diferentes cargos, pero siempre he estado en el mismo banco, en el mismo mundo”.

Los motores de los aviones agrícolas de la ENSA se escuchan desde bien temprano en el cielo espirituano. Eso significa que Omar ya anda haciendo de las suyas. “Nos recoge el ómnibus a las cinco de la mañana”, explica. “Preparar los aviones es una parte crucial de mi trabajo. Desde el chequeo de combustible hasta las pruebas generales, cada detalle cuenta”. Su día está lleno de responsabilidades, desde la supervisión de los vuelos hasta la gestión de la documentación técnica. “La aviación es un campo donde la disciplina es fundamental. Todo está regido por procedimientos, y no se puede violar ninguno, porque eso atenta contra la seguridad del vuelo”.

A lo largo de su carrera, Omar se ha topado con más de una nube oscura. “El trabajo es complejo, pero lo que más me llena es saber que, gracias a nuestro esfuerzo, los aviones pueden volar y contribuir a la agricultura, especialmente en la producción de arroz, aunque hoy esté bastante mermada”. En 2020, su equipo recibió un premio por su contribución en la aviación agrícola, un reconocimiento que Omar lleva en su corazón. “Tuvimos que hacer grandes esfuerzos para mantener los aviones operativos, especialmente en tiempos difíciles, en los que estamos carentes de tantas cosas. Eso es algo que siempre recordaré”.

A pesar de los retos que enfrenta la aviación cubana, Omar mantiene una actitud positiva. “Siempre hay algo que se puede hacer para mejorar. Eso me hace sentir útil y parte de la solución”, dice con determinación. “A mis 75 años, sigo guapeando, sigo adelante. No hay marcha atrás”.

Omar Lorenzo es un recordatorio de que la pasión y la dedicación pueden llevarnos a alturas inimaginables. “La aviación es mi vida, y mientras pueda, seguiré volando”, concluye con una sonrisa, listo para enfrentar el próximo desafío que el viento le depare.

(Tomado del perfil de Facebook del Ministro del Transporte de Cuba)

Eduardo Rodríguez Dávila*

Texto de Eduardo Rodríguez Dávila*

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