Dos meses faltan este 31 de marzo para iniciar oficialmente la temporada ciclónica en el Atlántico y los pronósticos indican un período activo con 18 tormentas con nombre propio, de las cuales entre siete y 10 podrían llegar a huracán.
Según la compañía de meteorología estadounidense AccuWeather, el 2025 puede ser un año más volátil en formación de tormentas y huracanes en el océano Atlántico, y detalló que entre tres y cinco de los huracanes quizás alcancen la categoría tres o más fuertes en escala Saffir-Simpson.
La temporada ciclónica en el Atlántico y el Pacífico central se inicia formalmente el 1 de junio extendiéndose hasta el 30 de noviembre; y en el caso del Pacífico oriental, es a partir del 15 de mayo.
Las previsiones de AccuWeather señalan, además, algunas regiones con las mayores probabilidades de sufrir el embate de los huracanes de 2025, entre las cuales están la Florida y el Golfo de México, Carolina del Norte y del Sur y las zonas del Caribe.
Dichas previsiones tan elevadas están determinadas por condiciones meteorológicas y oceánicas que han contribuido en los últimos años a intensos periodos ciclónicos.
Especialistas indican que para el presente lapso, el contenido de calor en el océano, este indicador no solo mide la temperatura del agua, sino también la profundidad de las capas cálidas, será elevado, lo cual favorece el fortalecimiento de los ciclones tropicales.
A ello se suma la posición del anticiclón de las Azores, es decir, un sistema de alta presión que suele guiar el rumbo de los huracanes; y según expertos, si su posición varía, las tormentas podrían dirigirse más hacia el Caribe y el Golfo de México.
Otra de las condiciones climáticas con marcada influencia es el polvo sahariano, debido a que las grandes nubes de aire seco provenientes del Sahara pueden frenar temporalmente la formación de tormentas tropicales.
“La evolución de estos factores será determinante para anticipar la trayectoria y el impacto potencial de los huracanes”, indica el informe de AccuWeather.
Por otro lado, sugiere que la actividad ciclónica podría comenzar antes del 1 de junio, con un período de calma tras los primeros ciclones, seguido de un repunte de actividad en los últimos meses, colocando el pico máximo de la temporada cerca del 10 de septiembre.
Por su parte, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (National Oceanic and Atmospheric Administration, NOAA) de Estados Unidos, mencionó que, incluso antes de un anuncio oficial, es importante prepararse.
Este aviso también se emitió debido a que a mediados del presente mes, el Centro Nacional de Huracanes (NHC) rastreó una perturbación tropical con posible desarrollo ciclónico en el norte y el centro del Océano Atlántico.
La zona de inestabilidad se formuló el 17 de marzo en el centro del Océano Atlántico y aunque tuvo tiene una muy baja posibilidad del 10 por ciento para formación ciclónica, activó la vigilancia en la zona.
Según el NHC, la primera tormenta tropical con nombre de una temporada suele ocurrir entre mediados y finales de junio.
El primer huracán suele ocurrir entre principios y mediados de agosto, mientras que el primer huracán mayor de categoría 3 o superior ocurre a finales de agosto o principios de septiembre.
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