Sancti Spíritus notificó un incremento de pacientes con hepatitis A al cierre de 2024, cuando reportó alrededor de 1 080 casos diagnosticados; tendencia mantenida a inicios del presente año y que ha llevado a las autoridades de Salud en la provincia a reforzar las acciones de control y prevención para disminuir la incidencia de este padecimiento.
“La hepatitis A es una enfermedad viral aguda, transmitida por la contaminación del agua y los alimentos y su vía de contagio es oral-fecal; de ahí la importancia del autocuidado y, también, de la protección de todas las personas que nos rodean”, indicó la doctora Yurien Negrín Calvo, subdirectora del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología.
¿Qué situación epidemiológica presenta actualmente el territorio en cuanto a la hepatitis A?
Por un período bastante extenso —alrededor de 10 años—, Sancti Spíritus no reportaba un incremento de casos como el actual, porque había muchas medidas para otras enfermedades que atenuaban la presencia de la hepatitis A. Hoy se ha roto ese ciclo en nuestro medio, y sí tenemos que hablar de un aumento de casos si lo comparamos con años anteriores.
Al finalizar 2024, en La Sierpe se abrió un brote de hepatitis A ya cerrado; los casos que aún continúan saliendo no tienen relación geoespacial con el primer grupo de pacientes. Además, tenemos incidencia, aunque en menor medida, en los municipios de Sancti Spíritus y Cabaiguán.
¿La provincia dispone de los medios diagnósticos para confirmar la enfermedad?
En este momento, realmente el diagnóstico es clínico, o sea, por las características del cuadro clínico de los pacientes; también es un diagnóstico epidemiológico. En el laboratorio nos apoyamos en la realización de las TGP; aunque para su realización no se cuenta con una amplia cobertura del reactivo. Por tanto, existen dificultades para confirmar, mediante el examen de laboratorio específico, la hepatitis A.
Sí es importante hacer todo el diagnóstico diferencial con otras patologías que pueden mover la TGP, o que igualmente pueden tener un cuadro clínico semejante a la hepatitis A, por ejemplo, descartar otras hepatitis como las B, C y las que pudieran estar igualmente relacionadas o que cursan con otras enfermedades que mueven las transaminasas.
Ha de significarse que en algunas áreas donde existe un movimiento importante de cuadros de arbovirosis, como el dengue, pueden aparecer hepatitis reactivas, las cuales no tienen un cuadro tan florido; pero igual alteran las transaminasas.
Reitero, casi todos los casos son presuntivos porque no tenemos el medio de confirmación por laboratorio específico para hacerlo; sin embargo, la clínica y la epidemiología nos pueden ayudar al diagnóstico. A ello se suma un número de enfermos que no acude a los servicios de Salud y ese es otro subregistro que no hay manera de contabilizar.
¿Cuáles son los síntomas más frecuentes?
El cuadro clínico puede estar caracterizado por decaimiento marcado en el momento en que comienza la enfermedad, inapetencia, fiebre o febrícula, color amarillo de la piel y de las mucosas, vómitos, náuseas, dolor de cabeza y en el estómago, diarreas, orinas oscuras y las heces son pálidas o ligeramente blanquecinas.
¿Qué vías de transmisión hacen de esta una enfermedad de fácil propagación?
La hepatitis A se transmite mediante el agua y los alimentos contaminados, de persona a persona a través de objetos infectados y por vectores mecánicos como las moscas, entre otras vías.
¿Cuáles son las recomendaciones para evitar contraer la enfermedad?
La recomendación fundamental está dirigida al control de la calidad del agua y de los alimentos; el agua debe ser hervida, a pesar de las dificultades existentes para hacerlo de forma diaria. Igualmente, es necesario lavar las frutas y los vegetales antes de consumirlos. Cuando hay enfermos en casa se deben desinfectar con cloro las superficies; separar los vasos, las cucharas, los platos; lavarnos frecuentemente las manos antes de ingerir alimentos, después de ir al baño, de manipular pañales de niños o de personas adultas encamadas y, ante cualquier síntoma de los descritos anteriormente, acudir al médico para la atención y orientación precisas.
De conjunto, comunidad y Organismos de la Administración Central del Estado deben mantener recogidos todos los vertederos o los microvertederos para evitar la contaminación ambiental; no debe obviarse la situación que presenta la provincia con la red hidrosanitaria: las filtraciones, la contaminación cruzada, el sifonamiento porque no hay un abasto continuo de agua; entonces, se impone tratar el agua que consumimos, emplear el hipoclorito de sodio al 1 por ciento disponible en las farmacias. En este sentido, la población debe sensibilizarse un poco más con el empleo adecuado del hipoclorito por la importancia que tiene esta medida. Por todo ello, para evitar la propagación de la hepatitis A resulta elemental la higiene personal y colectiva.
Buenos días. Es lógico que Cabaiguán esté dentro de los municipios afectados por esta enfermedad. Son muchos los micro y macro vertederos que existen toda la ciudad, donde se depositan disimiles de desechos que pueden contaminar el agua subterránea y favorecer el incremento de moscas transmisoras de la enfermedad. La zona de los edificios está rodeada de controvertidos y tiene uno en el mismo centro de la zona residencial lo que la hace vulnerable a la proliferación de enfermedades como la hepatitis. Gracias por la información