David López Gómez es un hombre sencillo, pero de muchas palabras, como se puede constatar a lo largo de una conversación. En parte ello se lo debe a la literatura, una de sus grandes pasiones. De hecho, ha dedicado gran parte de su vida a la lectura y el ejercicio de la bibliotecología, labor que considera fundamental en la actualidad.
David es un espirituano que cuenta con una impresionante biblioteca personal de aproximadamente 7 000 ejemplares de diferentes géneros y temáticas, la cual ha puesto a disposición de todo aquel que la necesite, siempre dispuesto a ayudar y compartir sus conocimientos en pro de la difusión literaria.
¿Usted nació y ha vivido siempre en Sancti Spíritus?
“Sí, soy orgullosamente espirituano. Nací y viví toda mi infancia y juventud en la calle Calderón”.
¿Cómo empieza esa pasión por los libros y la lectura?
“Desde que tengo uso de razón siempre me gustó mucho leer y escribir. Yo estudié en la escuela primaria Carlos de la Torre, allí fui el primer niño de mi aula que aprendió a leer. También desde muy pequeño, aunque salía y jugaba a la pelota con los amiguitos del barrio, prefería quedarme en la casa leyendo.
“Cuando tenía ocho años mi abuelo me pedía que le leyera los periódicos, pues él ya era muy viejito y no veía bien. Recuerdo aquellos ejemplares inmensos. Disfrutaba mucho ese momento con él pues, a medida que leía, aprendía de diferentes temas y erradicaba las faltas de ortografía.
“Recuerdo, de forma puntual, que cuando estaba en la primaria un vecino me prestó una enciclopedia y, antes de devolverla, la copié casi completa en varias libretas. Comencé por los ríos y otros accidentes geográficos, pues la geografía también es otra de mis grandes pasiones”.
David estudió en la escuela secundaria básica Ernesto Valdés Muñoz, mejor conocida como La Bayamo, pero luego, por motivos económicos comienza a trabajar en el central Melanio Hernández de Tuinucú. Allí volvió a estudiar para obtener su duodécimo grado y se formó como técnico medio en producción azucarera.
“Precisamente, en el central trabajé mucho tiempo, pero siempre me mantuve como asiduo lector de la biblioteca de ese lugar. De hecho, era seleccionado como el mejor lector del central de forma habitual.
“Pero, luego fui a trabajar a la Biblioteca Provincial Rubén Martínez Villena como custodio, fue algo que me entusiasmó mucho porque siempre fui allí a buscar libros y todos los trabajadores me conocían.
“Después de unos meses trabajando allí, la directora se acercó a mí y me propuso adiestrarme en la bibliotecología, pues sabía que tenía muchos conocimientos de literatura. Fue en ese momento cuando comencé a desempeñarme como bibliotecólogo”.
¿Qué era lo que más disfrutaba de su trabajo?
“Lo que más me gustaba de la bibliotecología eran las actividades. Las preparaba y llevaba a niños y jóvenes. Fui a escuelas primarias y secundarias, a la Casa de Niños sin Amparo Familiar, además de centros de trabajo como la tabaquería. También disfrutaba mucho visitando los círculos infantiles.
“Sin olvidar que también participé de forma activa en muchas ediciones de la Feria Internacional del Libro en la provincia, algo que he mantenido, pero ahora como comprador de libros del otro lado del estante”.
Actualmente, en parte debido a la aparición de Internet y las nuevas tecnologías, el número de lectores ha disminuido en el mundo. Sobre esa base, ¿qué importancia le atribuye al papel del bibliotecólogo hoy en día?
“Creo que la labor del bibliotecario es muy noble. Me parece fundamental que sean voceros de la literatura y fomenten en niños y jóvenes la lectura. Es importante que el bibliotecario sea asistente y guía durante el proceso de aprendizaje.
“No sólo en las bibliotecas públicas, sino también en las escolares para que así, desde pequeñas, las personas valoren más la búsqueda de información en los libros y que Internet sea un complemento del aprendizaje”.
¿Cuándo comienza a coleccionar libros, periódicos y revistas?
“Comencé en 1985 cuando tenía 13 años y coleccionaba todo lo que encontraba en los estanquillos desde Somos Jóvenes hasta Bohemia, lo leía y luego lo guardaba. Y así poco a poco fui haciendo lo mismo con todos los libros.
Actualmente tengo una biblioteca personal de aproximadamente 7 000 libros de diferentes temáticas y géneros. Mientras los periódicos sobrepasan los 3 000, guardo ejemplares de Vanguardia desde 1969 hasta 1990, Granma a partir de 1982 y Escambray desde 1979 hasta la fecha. También tengo varias colecciones de revistas, entre ellas: Sputnik, Muchacha, Opina, Mujeres y también el semanario Orbe, que me gusta mucho.
“De esa colección personal he donado varios libros a la biblioteca provincial”.
¿Qué libros y autores considera sus favoritos?
“Me gusta mucho Martí, soy un martiano autodidacta. He leído la mayoría de los libros del Apóstol y también los que se han escrito sobre su vida y obra.
“Igualmente me gustan otros autores como Paulo Coelho, Daniel Chavarría, Isabel Allende, Lezama Lima y Hemingway.
“Además, disfruto mucho de la poesía, creo que de este género no pueden faltarme: Nicolás Guillén, Dulce María Loynaz, Carilda Oliver, José Ángel Buesa y Gustavo Adolfo Bécquer.
“Sin olvidar a todos los escritores espirituanos, entre mis favoritos están: Julio Llanes, Rigoberto Rodríguez Entenza, conocido como Coco, y Julio Crespo”.
Actualmente trabaja como custodio en la Iglesia Presbiteriana Reformada de Sancti Spíritus y en la candonga El Floridita, pero muchos niños tocan a su puerta para pedir ayuda a la hora de realizar los trabajos escolares, ¿cómo es esa experiencia?
“Me hace muy feliz y me devuelve a mis años como bibliotecario. Me gusta ayudar en sus tareas escolares a los niños y jóvenes que viven cerca. Muchos llegan buscando libros para obtener información, mientras otros necesitan fotos de héroes y heroínas, así como mi guía y conocimiento sobre la literatura. Me satisface mucho saber que, de alguna forma, contribuyo y aporto a su formación futura.
“También me alegra mucho ver cómo algunas personas que han salido en los periódicos en ediciones antiguas vienen a mi casa buscando los recortes de sus entrevistas y yo puedo facilitárselas a ellos y sus familias”.
¿Qué otra pasión tiene David?
“Además de la lectura, disfruto mucho el cine. Desde que era muy joven iba al cine, allí anotaba los nombres de películas, actores y actrices de los filmes, y también coleccioné los semanarios y folletos que antes venían al cine. También seguía las premiaciones y distintos eventos cinematográficos.
“Disfruto mucho de la música cubana, me encanta; sobre todo la música de Beni Moré; de hecho, llevo con mucho orgullo el compartir la fecha de cumpleaños con este grande de nuestra música.
“Me gustan también los deportes, en especial el béisbol y el boxeo. Asimismo, recopilo estadísticas deportivas muy antiguas.
“Además me mantengo siempre informado a través de la prensa y las redes sociales. Precisamente en Internet hago publicaciones para compartir mis conocimientos con los demás, pero sobre todo muchas cosas lindas de la literatura.
“También me gustan mucho los animales y cuido de los que están en la calle. Me hace muy feliz cuidar de los animalitos y ayudarlos a que sean reencontrados con sus familias, en el caso de los animales perdidos”.
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