Aunque tuvieron que alargar más allá de lo habitual su etapa de siembra, los vegueros espirituanos cumplieron el programa de plantación de la hoja correspondiente a la campaña 2024-2025.
Para ello cubrieron un área de 1320.29 hectáreas, de ellas 329.8 de tabaco tapado y el resto, de sol en palo. “Se lograron plantar 605 hectáreas más que la pasada campaña —refiere Isidro Hernández Toledo, director agrícola de la Empresa de Acopio y Beneficio de Tabaco—. La mejor época para sembrar tabaco se concentra en los meses de noviembre y diciembre, pero la plantación se alargó hasta el mes de enero porque hubo dificultades con las lluvias en noviembre, y oficialmente el país la extendió hasta el 31 de enero; después se dio un plazo hasta el 10 de febrero”.
Según la fuente, un grupo de productores sembraron tabaco tapado y después sol en palo a fin de aprovechar más las capacidades de curación. “Se buscó una estrategia de poder curar todo el tabaco con la misma capacidad de curación que ellos poseen”.
También sucedió que la contratación se fue haciendo casi sobre la marcha, debido a que los incentivos en MLC para los productores, principalmente de sol en palo, llegaron ya en plena campaña. “Comenzamos a sembrar y aún estábamos contratando tabaco, incluso cerramos el año haciendo contratos porque se les dio la posibilidad a todos aquellos productores que quisieran sembrar tabaco, sobre todo sol en palo. Como es lógico, el crecimiento está basado en la estimulación que se le buscó al tabaco sol en palo, o sea, el derecho de los productores a la compra del MLC a partir de que logre dos aspectos fundamentales: cumplir con el contrato de siembra y lograr como mínimo una tonelada por hectárea de rendimiento agrícola. A partir de ahí, a todo el tabaco que compone precio, es decir, las clases altas, se le aplica una estimulación.
El directivo señaló que, no obstante el alargamiento, las plantaciones exhiben buena calidad: “De enero para acá estamos en un año bastante seco y, aunque la sequía afecta las fuentes de abasto que se van agotando y todo hay que hacerlo con petróleo, diésel o con equipos de riego, tiene una ventaja, pues le da una superior calidad de tabaco. Hoy estamos por encima de los 480 cujes por hectárea, que es aproximadamente una tonelada de tabaco por hectárea y solamente en el principal. Trabajamos con los productores para ver si logramos hacer dos cortes de capadura y poder suprimir el bajo rendimiento que nos pudieran ocasionar aquellas vegas sembradas en enero y febrero”, apuntó.
La campaña fue protegida con la garantía de insumos esenciales. “Aun cuando puede faltar algún que otro recurso o no ha llegado en su debido tiempo, ha existido una mejor respuesta, por ejemplo, con el combustible. Contamos con todo el fertilizante, incluso el nitrato para las áreas de capadura está garantizado, hemos tenido suficiente plaguicida para atender las plantaciones. Hemos recibido baterías, neumáticos, techos de zinc como nunca y estamos a la espera de un nivel de mangueras y piezas para reparar equipos de riego pequeños, así como mochilas de fumigación”.
A la par de la siembra, los vegueros iniciaron la recolección de la hoja de las primeras áreas que se plantaron en noviembre y diciembre y ya el proceso ronda el 30 por ciento del programa total de cujes.
Ello respalda la intención de producir este año y acopiar no menos de 1 526 toneladas de tabaco. “Se prevé un crecimiento tanto en el tapado como el sol en palo en relación con la campaña anterior y es mucho mayor en el sol en palo. Cumplir es el objetivo, pues en esta provincia las últimas tres campañas han sido muy malas, incluso en la pasada obtuvimos la producción más baja de la historia. Ahora detuvimos el decrecimiento y estamos en condiciones de comenzar un crecimiento progresivo a partir de esta campaña”.
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