Trazos con identidad

A principios de este siglo surgió en el territorio Espíritu Abstracto, heredero del grupo Los Once, primera generación de abstraccionistas cubanos

El grupo Espíritu Abstracto no pretende formar personas, sino incentivar a los jóvenes para que se nos incorporen, concluyó Luis Enrique García.

Bastó una provocación de Juan Eduardo Bernal Echemendía (Juanelo) para que en Sancti Spíritus emergiera un proyecto capaz de mostrar las artes visuales en el mapa de la creación nacional. En la sede de la Filial Provincial de la Sociedad Cultural José Martí se agruparon varias firmas enamoradas del lenguaje basado en formas, colores, líneas, gestos y texturas.

La sensibilidad y maestría de ese reconocido intelectual propició que surgiera el grupo Espíritu Abstracto —recuerda Luis Enrique García Hourruitiner, uno de los integrantes del colectivo—. Después de esa primera exposición logramos llegar hasta El Pedregal y, luego, a la Unión Latina, ambos en La Habana. Así, poco a poco, comenzamos a crecer”.

Sin muchos bombos y platillos y sí con muchas ganas de crear, García Hourruitiner, Julio César Cepeda, Mario Félix Bernal Echemendía, Jorge Luis López Álvarez —los primeros que se identifican en ese proyecto que abrió sus puertas, desde el primer instante, a otros creadores— alertaron que tenían la necesidad de ofrecer una nueva visión a la creación artística contemporánea espirituana, enseñar y multiplicar el modo de interpretar y crear arte. Además, apostaban por incorporar a la expresión artística lo inutilizable.

Nos dimos cuenta de la fuerza que teníamos, un poco como seguidores del reconocido grupo Los Once y delproyecto tunero La Cruzada,por lo que logramos hacerel I Taller Espíritu Abstracto en la Galería de Arte Oscar Fernández Morera. Fue el espacio idóneo para realizar exposiciones colectivas y personales. Se invitaron personalidades que son referentes en las artes visuales y se impartieron conferencias muy interesantes sobre el arte abstracto tanto en Cuba como fuera de nuestro país”, apunta García Hourruitiner.

A esa primera cita le siguieron otras ediciones. De esa forma, además de suscitarse el diálogo necesario con representantes y obras de peso en esa expresión como Julia Valdés, Juan Vázquez Martín y Salvador Corratge, las firmas jóvenes se motivaron a incursionar en los colores oscuros predominantes, manchas asimétricas y despliegue de formatos. Los salones de Espíritu Abstracto confirmaban, en cada ocasión, que ganaba una fuerza arrolladora el auge del abstraccionismo en el centro de Cuba.

“Ya con la llegada de la covid, nos tocó mantener la creación desde las casas y coincidíamos en el escenario digital. Pero, nada fue igual y perdimos el evento que tuvo tanto impacto en Sancti Spíritus y fuera porque nos extendimos a exposiciones nacionales e incluso foráneas como México y Alemania”.

SEGUNDAS PARTES PUEDEN SER BUENAS

De que en Sancti Spíritus hay linaje en el arte abstracto no quedan dudas. La exposición Abstractos espirituanos, que cuelga de las paredes de la galería de La Merced, en los altos de la conocida Plaza del Mercado, en la urbe del Yayabo, evidencia que hay mucha inquietud y productividad individual. Las piezas de diferentes creadores como Luis Enrique, Omar Fernández (Cuti), Raúl Valle, Rafael González, Nelson Wenselao y Jorge Luis López lo confirman.

“Primero la presentamos en nuestra galería Oscar Fernández Morera —insiste Yadira Bernal, presidenta del Consejo de las Artes Plásticas de Sancti Spíritus—. Ahora, podrá ser admirada en un centro con mucho confort y su sede tiene una gran historia vinculada a las artes visuales de nuestro territorio. De esta forma damos los primeros pasos para volver a revitalizar el proyecto Espíritu Abstracto”.

No dudó ella, ni el resto de los especialistas del Consejo, en pensar cómo accionar, tras escuchar el reclamo de García Hourruitiner de realizar propuestas concretas y sistemáticas que permitan aunar a los creadores que defienden el arte abstracto.

Queremos el año que viene solicitar los presupuestos para convocar el Taller, a fin de volver a ubicar a Sancti Spíritus como plaza firme en la creación de ese estilo pictórico. Los abstractos hoy a nivel de país tienen mucha fuerza, incluso fuera de nuestras fronteras. Por ello, hay que sacar de la complicidad de los talleres a los espirituanos, desde donde se gestionan la participación en algún que otro evento de carácter nacional e internacional. De esa forma, ganamos en diversidad en nuestros salones. Además, sumamos a los creadores que, por razones diversas, ya no están en nuestro territorio, pero sus trazos nos prestigian. Por ello, por ejemplo, en la muestra de La Merced encontramos un cuadro de Jorge Luis López”.

Servirá también para visibilizar las creaciones, generar espacios de diálogos, donde se puedan evaluar entre los propios artistas, jurados y públicos e impulsar la comercialización de las piezas, una de las tantas deudas con el gremio yayabero.

“Ya el proyecto demostró que servía como plataforma para llegar a otros circuitos expositivos de forma más ágil y para nadie es un secreto que esperamos porque en algún momento se nos otorgue el permiso de comercialización dentro de la galería Oscar Fernández y no depender del Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC)”.

RAÍCES

Las formas abstractas son tan antiguas y tan diversas como el arte mismo: hay registro de ellas desde las primeras pinturas rupestres y su presencia es frecuente en muchas manifestaciones de todas las épocas alrededor del mundo.

En el caso de Sancti Spíritus, de acuerdo con publicaciones del Doctor en Ciencias sobre Arte Luis Rey Yero, los primeros pintores de esta tierra que rompieron con toda referencia de la academia fueron Maximiliano González Olazábal y Raimundo Martín Valdés. Igualmente, se destaca, un tanto más cercano a estos tiempos, Fayad Jamís, integrante del grupo Los Once.

Con esos antecedentes, poco a poco surgieron con mayor fuerza otras firmas. Algunas de ellas aun son rostros conocidos y habituales en salones y exposiciones: Mario Félix Bernal Echemendía, Luis Enrique García, Félix Madrigal y otros que, si bien ya no están físicamente, residen fuera del país o, sencillamente, no incursionan de manera constante en esa expresión, forman parte de una rica historia que avala que el arte abstracto no ha dejado caer sus pinceles y colores en esta tierra. 

Es por ello que los trazos espirituanos que pudieran parecer caprichosas formas de develar una realidad alejada de lo que percibimos a diario, no resultan hijos de la espontaneidad, sino de una identidad con raíces propias, por tanto, no cuidarlas sería letal.

“El grupo Espíritu Abstracto no pretende formar personas, sino incentivar a los jóvenes para que se nos incorporen. Con anterioridad se ha logrado como con el Cuti y sus grabados”, concluyó Luis Enrique García Hourruitiner, quien ha dedicado prácticamente toda su vida a esa expresión.

Lisandra Gómez Guerra

Texto de Lisandra Gómez Guerra
Doctora en Ciencias de la Comunicación. Reportera de Radio Sancti Spíritus y corresponsal del periódico Juventud Rebelde. Especializada en temas culturales.

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