Uneac en Trinidad: hacer y salvar la cultura

Fue precisamente esa la esencia del encuentro que toma el pulso a los acuerdos del X Congreso de la organización a partir del diálogo con su membresía

La Uneac está llamada a aportar, proponer y participar en la construcción colectiva de un proyecto de nación, aseguró Carlo Figueroa, presidente del Comité Provincial de esa organización. (Fotos: Ana Martha Panadés/Escambray).

Apegada a la máxima de ser un espacio de encuentro para aportar ideas, la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) promueve por estos días intercambios con miembros de la organización, consciente de su liderazgo en la vida cultural del país.

En torno a este imperativo transcurrió el diálogo de la dirección nacional y provincial de la Uneac con integrantes del Comité Municipal en la ciudad de Trinidad. Ser parte de la institucionalidad y de la toma de decisiones en el escenario local se erigió como idea central de las intervenciones.

La intelectualidad no puede estar ajena a los desafíos a los que se enfrenta Cuba en un contexto en extremo complejo, apuntó Carlo Figueroa, presidente del Comité Provincial de la Uneac. Pero, aun así, nunca se ha renunciado a cultivar lo mejor de la creación humana en estos predios y mostrar al mundo lo más auténtico de la cultura nacional.

Ser parte de la institucionalidad en el municipio figura como una de las mayores metas de la Uneac en Trinidad.

El debate evidenció la intención de dar seguimiento a los acuerdos del X Congreso de la organización. Por ello, Yuris Nórido, vicepresidente de la Uneac, insistió en que, más que asambleas de balance, estos son espacios para pensar, proponer y actuar en momentos muy demandantes.

“Es importante que nuestra membresía tenga conciencia clara de los desafíos de la contemporaneidad y que a partir de esa conciencia puedan ofrecer, sino soluciones prácticas, ideas que puedan dar claridad en las soluciones. Ese es el rol esencial de la Uneac”, reflexionó.

Otros tópicos relevantes mostraron la necesidad de una relación armónica de la cultura y el turismo en una ciudad que es una ventana al mundo, así como de articular alianzas entre instituciones y gobierno ante el empeño mayor, que es salvar la cultura.

Y eso implica en Trinidad la preservación de los museos, hoy con daños estructurales severos. No basta la contribución local para emprender labores de tamaña magnitud en instituciones que recaudan cifras millonarias y no perciben ningún tipo de beneficio en cuanto a la restauración.

El debate no pasó por alto otros reclamos como la falta de una sede municipal, la necesidad de incorporar nuevos miembros y la posibilidad de retomar la enseñanza artística, pese a la pérdida invaluable de la Academia de Artes Plásticas en una ciudad que es terreno fértil para la creatividad.

Ana Martha Panadés

Texto de Ana Martha Panadés
Reportera de Escambray. Máster en Ciencias de la Comunicación. Especializada en temas sociales.

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