Voces de mujeres en Yaguajay (+fotos)

Desde un nuevo espacio, féminas del norte espirituano intercambian experiencias y vías para alcanzar un desarrollo pleno desde las comunidades

Las asistentes expusieron sus experiencias e ideas sobre el emprendimiento como forma para su independencia y progreso. (Fotos: Alejandro Méndez/Escambray)

Potenciar la formación integral de las féminas en distintos espacios de participación y encaminar esfuerzos para su beneficio hasta en los puntos más intrincados de esta geografía son objetivos esenciales del espacio fijo Voces de mujeres, que auspicia la Cátedra de Género e Identidad del Centro Universitario Municipal (CUM) en Yaguajay y que responde al Programa de Adelanto para las Mujeres, rectorado desde el Gobierno.

En la inauguración de esta serie de encuentros, Ivania García Viamonte, profesora del CUM y presidenta de la Cátedra de Género e Identidad, apuntó que el diálogo sobre problemas y situaciones diarias, la socialización de historias de vida y los temas de ciencia y sostenibilidad centrarán estos debates a puertas abiertas que sesionarán una vez al mes con la participación de promotoras culturales, artistas, investigadoras, estudiantes y trabajadoras del sector no estatal.

La Biblioteca Pública Juan Oscar Alvarado acogió el primer encuentro de las yaguajayenses que apuestan por el desarrollo desde lo personal.

Durante la primera edición del espacio las asistentes conversaron sobre las distintas vías para el emprendimiento en la Cuba actual, cómo beneficia al bolsillo y la mente de quienes no se limitan a las labores hogareñas y las formas de gestión que surgen en las comunidades.

“Esta era una de las proyecciones principales de nuestra cátedra para el 2025”, explica García Viamonte a Escambray y añade que la mujer del campo es centro de los esfuerzos de distintos factores locales en un municipio eminentemente rural, por el desarrollo sostenible, en armonía con el medio ambiente y ante el cambio climático.

“Contamos con esa fémina alejada de la ciudad, que tal vez no tenga a dónde ir y a la que hay que brindarle un camino. Y existe una alternativa fundamental: la unión de varias emprendedoras, porque, por ejemplo, yo hago un vivero en el patio de mi casa y conozco a otras que confeccionan manualidades, y justo ahí podemos estrechar alianzas”, apunta.

DESARROLLAR DESDE LA CIENCIA

Las investigaciones in situ pueden brindar luces en el sendero por el empoderamiento de todas, aun las que residan en comunidades de difícil acceso; por eso la joven Yusmaika Piedra González compartió los primeros resultados de su tesis de maestría sobre Educación ambiental Comunitaria para la conservación de la biodiversidad.

Con este interés, ha llegado hasta El baño de los brujos, al este de Yaguajay, y compartido con mujeres rurales sobre la riqueza florística que les rodea en uno de los paisajes más ricos y diversos del centro norte de Cuba.

Piedra González expone que la importancia de este tema radica en el insuficiente conocimiento que existe sobre las áreas protegidas y su valor, por eso han asumido que su tarea principal es que las mujeres, desde su contexto, conozcan qué especies relevantes habitan en su entorno y qué pueden hacer para su conservación.

“Es algo, primeramente, atrevido, porque significa llegar a lugares donde muchas piensan que no van a poder aprender ni hacer las cosas bien. Luego, cuando dialogamos y brindamos alternativas, ellas mismas se dan cuenta de que sí logran avanzar; se motivan y transforman sus prácticas diarias”, confiesa.

En las cercanías de elementos naturales destacados como la Cueva de la Chucha y las Lomas de la Canoa, Yusmaika apuesta por la metodología de autodesarrollo comunitario en la que el investigador brinda herramientas para que los propios pobladores protagonicen, con sus manos y sus conocimientos, los esfuerzos por la preservación del entorno.

EL ARTE QUE SALVA Y EMPODERA

Olga Lidia González Fort es una de las tantas jubiladas que han encontrado en las manualidades una vía para aislarse de la vorágine diaria y satisfacer necesidades económicas.

Así se hizo de un lugar en la céntrica Esquina del Artesano, en la cabecera municipal, donde expone el trabajo que sale de su creatividad. Con esos productos llegó también hasta el espacio Voces de mujeres, en el que dialogó, desde la experiencia personal, sobre la utilidad del emprendimiento en la economía y las relaciones sociales.

“Los tiempos que corren son tan difíciles que el simple hecho de tejer te enajena de las carencias que enfrentamos, y así también nos ganamos nuestro dinerito honradamente, con lo que sabemos, queremos y podemos hacer”, afirma González Fort.

Esta artesana pertenece al grupo Renacer de la Casa de Cultura de Yaguajay, desde el cual imparte talleres a niños de las enseñanzas primaria y secundaria en todas las comunidades para rescatar una bonita tradición del norte espirituano.

“Este tipo de encuentros nos demuestra que todo lo que hagamos en función de la mujer no es en vano —asevera Ivania García Viamonte—. Pero falta muchísimo por lograr y para eso hay solo una tarea: trabajar. Todo está escrito; necesitamos ponerle manos a la obra y que nuestras mujeres vean el fruto de lo que hacemos”.

Para Ivania, el desconocimiento es el principal obstáculo para el desarrollo de estas actividades. Pero el empeño de emancipar a todas las féminas, sin importar dónde vivan y a qué se dediquen, no es una utopía. “Hay que ir, dialogar, colaborar entre todas por nosotras mismas”.

Alejandro Méndez Sánchez

Texto de Alejandro Méndez Sánchez

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