El sanguinario Marqués de Tenerife se vanaglorió por la muerte de Maceo y buscó a toda costa eliminar a Máximo Gómez para ganarles la guerra a los cubanos, pero este lo atrajo a una trampa maestra »
EJÉRCITO LIBERTADOR
Último mambí en el Olimpo cubano
Juan Fajardo Vega, último miembro del Ejército Libertador que quedaba con vida, partió a la eternidad el 2 de agosto de 1990 y fue sepultado el día 5 en el Mausoleo de El Cacahual»
Francisco Lufriu y Arregui: Patriota de nacimiento
Postrado en medio de la manigua “sin más entretenimiento que el que me ofrecían los caguayos con sus libidinosas escenas y las auras que se posaban en mi rancho dispuestas á atacarme, creyéndome algunas veces muerto y otras esperando”, Francisco Lufriu y Arregui jamás transigió con la idea de entregarse al enemigo o claudicar frente al acoso de las circunstancias»
Aquel demente del heroísmo
Desde San Juan de los Remedios hasta el Sur del Camagüey se expandieron las historias y la leyenda de Jesús Crespo, el hombre que, sin más escudo que su propio cuerpo, lo mismo rescataba un herido bajo una lluvia de balas que se zambullía en el fondo de una trinchera enemiga »
Nunca te presentes a los españoles
Tal fue la encomienda que dejó a José Antonio Legón el hombre al que él le debía su apellido y su conducta. Nueve años en la manigua no le alcanzaron a este guerrero, traído por la fuerza desde África —buen jinete y mejor patriota—, para cumplir el juramento que había contraído con su jefe en 1869»
Aporte espirituano a la invasión mambisa
En noviembre-diciembre de 1895 cerca de 2 000 espirituanos y villareños se sumaron al contingente invasor en lo que sería la segunda y definitiva etapa de la heroica marcha del Ejército Libertador cubano hacia el occidente de Cuba»
General, yo me quedo
Más de cuatrocientos hombres en fila permanecieron mudos y cabizbajos cuando el general Ángel Castillo pidió voluntarios para enterrar los muertos y atender los enfermos de aquel brote de cólera que literalmente estaba devorando la tropa mambisa en la finca Los Guanales. Al segundo llamado del jefe, un oficial, muy subalterno todavía, levantó su voz “segura, briosa, entera”... »
Ramon Huerta: el hombre león
Fiero en el combate y generoso en el campamento, este aragonés devenido mambí ascendió en apenas dos años (1869-1871) de soldado raso a comandante del Ejército Libertador, siempre al servicio de los más exigentes jefes de la jurisdicción espirituana»