Pudiera pensarse que Percy Francisco Alvarado Godoy es un hombre sin miedo. Sus 22 años al servicio de la Seguridad del Estado son pruebas más que suficientes. También lo es el hecho de haberse infiltrado en organizaciones terroristas y Comandos L, del área paramilitar secreta de la Fundación Nacional Cubano Americana, y Cuba Independiente y Democrática, dirigida por Huber Matos. En efecto, pudiera pensarse…
Pero este revolucionario de origen guatemalteco, sí siente miedo. Siente miedo de que asesinen a gente inocente, siente miedo de que intereses mezquinos puedan más que la verdad, siente miedo de que la justicia sea amordazada por la prepotencia de un Gobierno hegemónico.
Por eso ahora él “descubre verdades” desde su blog (https://percy-francisco.blogspot.com/), verdades que les duelen a los enemigos de la Revolución cubana, que taladran y desnudan argumentos. Esa es ahora su trinchera de combate; y es que Percy se ha convertido en un reconocido periodista, bloguero y analista en temas contra el terrorismo y la subversión.
Todavía el gobierno de los Estados Unidos guarda silencio sobre los hechos ocurridos en la madrugada del jueves 30 de abril contra la embajada cubana en Washington. No obstante, Alvarado Godoy ha reunido “trozos de información”, que llegan de aquí y de allá y nos ofrece su muy autorizada valoración sobre el suceso.
“Este hecho pone sobre el tapete el resultado de la creciente satanización de Cuba, tanto a través de los grandes medios de prensa como a través de las redes sociales. En estas plataformas se desvirtúa a nuestro país, se incita al odio por elementos de la mafia anticubana de la extrema derecha de los Estados Unidos y obviamente no podemos deslindar este ataque de toda esa agresividad mediática. Puede decirse que este acto terrorista tradicional no es más que el resultado del terrorismo mediático permanente hacia Cuba”.
¿Operación “negra” o un hecho aislado por parte de un demente, como lo presenta ahora parte de la prensa norteamericana?
Esto parece ser una operación negra en la cual podían estar implicados la CIA u otra agencia de inteligencia de los Estados Unidos. De hecho, es el típico caso de operación “negra” donde se utiliza a un individuo para realizar este tipo de operaciones terroristas y también pudiera ser el resultado de la acción que sobre él realizaron remanentes de los grupos terroristas de décadas pasadas. Pero indudablemente este hombre no es un desequilibrado mental y la forma en la cual se realizó la agresión contra nuestra embajada muestra que hay profesionalidad en lo que hizo.
¿Cree que el juez Michael Harvey, del Tribunal Federal del Distrito de Columbia, tomará seriamente la acusación contra Alexander Alazo (el tirador) y hará prevalecer la justicia?
No sé particularmente la decisión que tomará el juez; pero es sabido hasta ahora, que en casi todos los casos relacionados con Cuba, los jueces toman decisiones que favorecen a aquellos que tratan de inculpar y estafar los intereses de la Isla en Estados Unidos. Todo depende de cómo la fiscalía maneje el caso, de cómo los Servicios Secretos y el FBI lleguen a profundizar en la investigación. Si no se escamoteará la verdad y nos van a presentar a este individuo como un desequilibrado mental y no se sabrá la identidad de los verdaderos autores intelectuales del hecho.
Es usted un reconocido analista de estos temas, un “viejo zorro”, como diríamos coloquialmente; entonces, ¿cuál es la verdadera lectura de Percy Francisco Alvarado Godoy?
Este cobarde ataque contra nuestra embajada en Washington deja una gran lectura: la hostilidad contra Cuba ha permanecido por décadas. Nos han asesinado diplomáticos en el exterior, el terrorismo está latente, el odio hacia nosotros continúa por seguir siendo una espina clavada en la garganta del Imperio. Que nadie lo dude, la Revolución cubana es un desafío permanente para los grandes intereses imperialistas. Sin embargo, Cuba va a permanecer como un faro de libertad y continuaremos existiendo, luchando y venciendo.
Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.