Los sellos de timbre han ganado notoriedad en los últimos tiempos. No solo, quizás, por su escasez en las unidades de Correos de Cuba —donde único se comercializan de forma estatal—, sino por ser, tal vez, el único producto, en este desatino inflacionario tan cotidiano, que ha logrado multiplicar hasta 100 y un poco más su valor.
Y no exagero. Aunque algunas denominaciones son más costosas que otras —deduzco porque se tengan que usar para más trámites que el resto—, el precio de reventa de los sellos de timbre en el mercado informal provoca, cuando menos, infartos: 600 pesos los sellos de 5 pesos —pese a que recientemente una publicación los proponía a 150—; 1 000 pesos los de 500; 2 500 pesos los de 1 000 y hasta 5 000 pesos pedían el otro día por los de 500 y los de 1 000. Y las tarifas se van elevando en la misma medida que suben las denominaciones.
Es un negocio tan ilícito como público. Porque no les ha bastado a los revendedores su publicación en cuanto grupo de compra y venta exista en las redes sociales de Facebook o Telegram; las estampillas también han ido a parar, camufladas o no y en menor medida, hasta los catres donde se expende lo mismo un jarro que un tubo de cola loca.
Todos lo ven y muchos compran; mas, pocos —para no pecar de absoluta— denuncian o sancionan. La escasez y la venta estatal a cuentagotas, que no logra satisfacer la creciente demanda, han provocado, en parte, que los sellos se coticen casi como un producto de primera necesidad.
Ante la inquietud de Escambray Enrique Bernal, director de la Empresa Provincial de Correos de Cuba, esclarecía no pocas dudas: que los sellos pertenecen a la Oficina Nacional de la Administración Tributaria y a Correos solo le corresponde la responsabilidad de comercializarlos según la disponibilidad; que la gran demanda a fines del pasado año y principios de este provocó como nunca el agotamiento de los sellos físicos en la isla y conllevó a una emisión adicional de estos productos; que la mayoría de las 42 unidades de Correos están preparadas para la comercialización de forma digital de este impuesto sobre documentos…
“Hoy no hay existencia de ninguna denominación de sellos, solo queda un escaso nivel de sellos de 5 pesos en algunas unidades —asegura el directivo de Correos—. Se tomó la decisión de vender hasta cinco sellos por personas; pero la única tarea de Correos es vender. No tengo ni una denuncia ni queja contra ninguno de nuestros trabajadores en Sancti Spíritus”.
Nada le ha podido poner coto, hasta ahora, a la reventa. Ni siquiera la entrada en vigor de la Resolución No. 685/2022 del Ministerio de Justicia (Minjus), publicada el pasado 22 de diciembre por la Gaceta Oficial en edición extraordinaria, que dispone “el pago físico o digital del valor del impuesto sobre documentos públicos para la prestación de servicios notariales y registrales en las notarías, registros de la propiedad, registros mercantiles y en los bufetes especializados atendidos por el Minjus”; ni la actualización de la versión de Transfermóvil para la adquisición de los sellos virtuales.
Atenta contra la iniciativa digitalizadora que no todas las personas disponen de acceso a las plataformas digitales, que no en todas las instituciones donde se realizan los trámites funciona sin contratiempos el servicio virtual, que solo puede utilizarse para documentos a surtir efectos dentro del territorio nacional y no así para presentarlos ante embajadas, que para la obtención o prórroga de los pasaportes aún no existe esta alternativa fuera de la capital del país.
Y mientras los revendedores siguen ingeniándoselas para llenar sus arcas y prueban modus operandi: algunos se trasladan hasta provincias vecinas para adquirir los sellos impresos, otros marcan la cola varias veces y muchos les pagan a terceros para que hagan fila de unidad en unidad para comprar, primero, y revender, después.
La demanda de los sellos se ha elevado exponencialmente a causa de las solicitudes in crescendo para trámites migratorios o para otros procesos que pueden ir desde la inscripción de vehículos hasta la obtención del carné de identidad. El pasado 27 de diciembre en las páginas de Juventud Rebelde Nelson Plutín Santos, director de Registros Centrales del Minjus, explicaba que en más de 900 oficinas de ese ministerio en sus trámites requieren del uso de sellos.
“La mayoría de los sellos empleados son los de la denominación de 5 pesos, y al cierre de noviembre se habían expedido 2 550 000 certificaciones por parte de estas oficinas, lo cual da una medida de la alta demanda que tienen estos”, aseguraba Plutín Santos.
Y por lo que se vive no son cifras que tiendan a decrecer tampoco este año. Lo que no debiera seguir sucediendo es que hasta los sellos se conviertan en un negocio, que adquirir uno resulte una verdadera odisea, que no se puedan aprovechar debidamente las facilidades de la tecnología como está dispuesto o que, en el peor de los casos, haya que seguir pagando los sellos a precio de oro y no pase nada.
increíble, solo en cuba se usa la compra de sellos y no los hacen para satisfacer la demanda cada vez mas creciente. En otros países funciona así usted paga o digital en efectivo o paga en el banco y llevas el recibo de pago y listo.
En cuba de todo se hace un negocio hasta los sello de timbre,
Es muy fácil de resolver esta situación referente a los sellos. En el mundo nadie anda comprando sellos, en las dependencias donde se solicitan los tramites ellos los tienen, usted va al banco y paga y te dan un comprobante a tu nombre que eres el que necesitas del tramite y lo entregas en el lugar donde haces el tramite (perdone la redundancia). En nuestro país podemos usar la cadeca, y es fácil pues la cadeca nunca esta vendiendo el día entero moneda convertible, pagas el valor del sello te dan un comprobante a tu nombre como constancia de que pagaste y la entidad que lo necesita pues le pone el sello que ya previamente ellos tienen y así se acaba el revendedor, bien fácil de resolver.
Es mi criterio.
Saludos.
N/B el comprobante debe estar a tu nombre para que no haya desvió.
No sé cuántos norteamericanos trumpistas ni brasileños bolsonaristas ocuparon por metro cuadrado las áreas del Congreso o del Palacio de Planalto para asaltarlos pero en el correos de Cabaiguán había 18 cubanos por metro cuadrado para comprar sellos del timbre.
Y que solución a corto plazo van a implementar?? Ahora está la medida del sello digital. No sería mejor en parte empezar a darle los sellos a esas oficinas de trámites?? Y se adelantan con mi digital, pero y si se reviza a ver de cuales se puede prescindir, y empezar a darlos de manera directa impresa(casi simbólica) directamente en el documento, y que se facture con el trámite.
El mercado tiene sus propias leyes que no incluye lo que es moral,justo,generoso,equitativo,decente etc..El mercado,como el dinero,no tiene olor sabor,no es bueno ni malo…solo tiene interes.Ignorar esto como se ha hecho por decenios y se continua haciendo,en mi opinion, es la madre de todos nuestros males,miserias y escasesez,corrupcion etc etc
Claro!!! Y el.mercado tambien conoce una forma elemental de pago y es en EFECTIVO. No sabemos en que planeta vive nuestra burocracia. Hasta en paises del Primer Mundo usted puede abonar el pago de documentos en efectivo y en ese mismo dicumento se legaliza ese pago por firmas y cuños autorizados. Gracias por el ameno articulo.
Dayami!! como siempre brillante. Mi periodista favorita siempre.valiente y directo al grano.